Advertencia
en Tratamientos Faciales.
En los tratamientos faciales el principal protagonista
es la piel o, mejor dicho, la epidermis de las
persona que siguen dichos tratamientos en el
instituto de belleza.
Cuando la piel está
sana y fuerte, su cuidado no ofrece dificultad
alguna, siempre que se tomen las precauciones
normales; pero con frecuencia la piel es delicada,
tiene alguna afección, está castigada
por el uso abusivo de cosméticos inadecuados,
etc., por lo que en estos casos exige un cuidado
especial.
Debemos tener en cuenta en todo momento las
siguientes contraindicaciones:
Cuando hay alguna afección cutánea,
el tratamiento normal puede ser perjudicial,
por lo que hay que aplicar uno especial para
cada caso, si existe, o desistir de hacer ningún
tratamiento.
En caso de acné profundo, es necesario
el tratamiento y consejo médico ya que
si hay una gran infección esta podría
propagarse por todo el cuerpo.
Si hay inflamación en la cara, con rojeces,
no es conveniente de belleza hasta que desaparezca
la hinchazón.
Si hay couperose, debemos evitar el frío
y el calor sobre la epidermis, y aplicar compresas
humedecidas con una loción descongestionante.
En los tratamientos faciales de belleza debemos
recordad siempre las siguientes normas:
Es muy importante la asepsia en todos los tratamientos
para evitar infecciones o contagios.
Cuando extirpemos comedones, el instrumento
o pinza debe desinfectarse previamente en antiséptico.
Si hubiera algún granito reventado, lo
desinfectaremos también aplicando sobre
él una gasa humedecida en alcohol.
Nunca debemos extirpar los granitos, ya que
en este caso dejaríamos cicatrices en
la piel. Los desinfectaremos con alta frecuencia
o rayos ultravioleta.
En este apartado se tratarán las afecciones
cutáneas más usuales. Con estos
conocimientos se pretende que la esteticista
reconozca y diferencie una enfermedad cutánea
de otra.
Sin embargo, la esteticista no deberá
diagnosticar una enfermedad y proceder a su
tratamiento, sino que actuará como eficaz
intermediario entre la cliente y el dermatólogo.
Con ello demostrará a una y otro su valía
profesional y sus conocimientos se verán
apreciados y respetados tanto por la cliente
como por el especialista.
La esteticista ayudará en lo posible
en el tratamiento de estas afecciones cutáneas,
ya que algunas requerirán únicamente
la visita a un médico de cabecera o serán
simples problemas temporales.
Las afecciones más frecuentes las hemos
dividido en tres apartados:
1 Afecciones Primarias.
2 Afecciones Secundarias.
3 Otras Alteraciones Cutáneas.
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