Definitivamente, el temor es el enemigo natural de la confianza. La autoconfianza es generalmente descripta como la habilidad de un individuo de tener fe y de creer en sus habilidades. Según el pensamiento moderno de la psiquiatría, cuando alguien tiene una gran confianza en sí mismo el resultado natural es una gran autoestima.
La autoestima es el valor que cada uno se da a sí mismo. Es la medida del propio valor como persona, de acuerdo a las conductas del individuo. Asimismo, se dice que es el respeto y la adoración que una persona se tiene sobre la base de las creencias de qué y quién es como ser humano. Esto afecta profundamente los sentimientos que el individuo tiene sobre sí mismo, sobre su vida, sobre sus relaciones, y eventualmente determinará sus acciones o su manera de enfrentar las situaciones.
El progreso y el crecimiento de la autoconfianza comienzan con un examen adecuado. La mente debe ser inspeccionada de manera que se identifiquen las inclinaciones nocivas, que se eliminen las debilidades, y que se pueda encontrar un patrón adecuado de pensamiento y conducta.
Según distintos estudios, el temor es el peor enemigo de la confianza de un hombre. Estos estudios afirman que el “pensamiento del temor” es una enfermedad que puede ser detectada e identificada. Por lo general, surge de un patrón mental corrompido, en el que se permite a la mente debatirse largamente sobre pensamientos dubitativos, ineficiencias, y fallas. Este poder será cada vez mayor, sobre todo cuando se le permita actuar libremente, y llegará a afectar la vida de la persona en menor o mayor grado en cada una de sus decisiones y emprendimientos.
La ignorancia es la causa básica y primigenia del temor, y suele darse cuando uno no es consciente de “su verdadera naturaleza”. Un estudio ha demostrado que cuando una persona ha descubierto la infinita e indestructible “naturaleza de su alma”, entonces ya no hay forma de que sienta miedo. Sin embargo, están aquellos que no pueden o no quieren aceptar esto, y en consecuencia se sienten apartados, vulnerables, susceptibles, y aislados.
El temor a uno mismo se manifiesta de varias maneras. Puedes expresarlo en forma de timidez, inseguridad, pudor, y en forma de una importante necesidad de autoconfianza.
Éstos son algunos factores que pueden contribuir a acrecentar el temor:
1. Cuando nos sentimos separados, el miedo aumenta. Es un hecho que uno no teme a aquello que le resulta familiar (ya sea que hablemos de personas o ambientes). El temor sobreviene cuando aparece un sentimiento de extrañeza, que deja en evidencia una sensación o impresión general de sospecha o recelo.
2. El apego a individuos o posesiones materiales asociados a la seguridad de uno hace que temamos la posibilidad de perderlos, de modo que haremos lo que sea por proteger esas relaciones y esas posesiones.
3. Los entornos extraños y las personas poco familiares hacen aflorar temor. Las situaciones que no nos resultan familiares amenazan nuestra seguridad y, generalmente, uno reacciona con extrema precaución y, a veces, con actitudes defensivas.
4. La memoria negativa de las experiencias pasadas en las que uno ha sufrido o ha sido testigo de pérdidas, daños o muerte, agrava el temor. El subconsciente guarda recuerdos del pasado y, en ciertas circunstancias, éstos son traídos al presente.
5. En algunas oportunidades, la imaginación puede crear o inventar imágenes de problemas, sufrimiento, o dolor fuera de la realidad física. Cabe señalar que la imaginación nunca es negativa, sin embargo cuando se la usa mal y en forma abusiva, puede generar temor dentro del individuo.
Combate tus temores desarrollando la autoconfianza. A continuación, algunos consejos:
• Pon énfasis en tus fortalezas. Concéntrate en lo que eres capaz de lograr y recompénsate por tu coraje y tu voluntad en lugar de concentrarte en los resultados. Partir de la base de cosas que eres capaz de hacer en lugar de pensar en lo que deberías estar haciendo te ayudará a vivir y a trabajar dentro de tus limitaciones.
• Háblate a ti mismo. Examínate y practica cómo manejar las situaciones y aprende a contrarrestar las negativas. Aprende a detenerte cuando encuentres que tus procesos mentales están haciendo presunciones negativas. Por ejemplo, cuando estés en búsqueda de la perfección, dite que no todo puede hacerse en forma perfecta. De esta manera, podrás creer en ti mismo/a al tiempo que comienzas a transitar el camino que te lleva al perfeccionamiento personal.
• Evalúate. Practica cómo evaluarte en forma independiente. Esto te permitirá evitar esa sensación persistente de confusión que sobreviene cuando confías plenamente en las opiniones y juicios de los demás.
• Asume esos riesgos. Cuando enfrentas y aceptas las experiencias como instrumentos de aprendizaje en lugar de considerarlas posibilidades de ganar o perder, las nuevas oportunidades se presentarán más facilidad, y esto puede desarrollar una sensación de aceptación y confort en tu interior. Recuerda, la autoconfianza puede ser desarrollada, no heredada. El temor puede ser superado porque tú tienes la confianza y la fe necesarias para hacerlo.
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