El familiar que se enfrenta al diagnòstico de EA de un ser querido, puede pasar por una serie de etapas o fases hasta poder adaptarse totalmente a la nueva situación. Aunque, por supuesto, no todos los cuidadores familiares experimentan tales fases, se pueden identificar:
A-FALTA DE COSCIENCIA DEL PROBLEMA. Al familiar le puede ser muy duro aceptar que un padre o un cónyuge se deteriora profundamente, y que lo que tiene es una demencia tipo Alzheimer. Justifica los síntomas como “que son cosas normales para su edad”, los minimizan y ocultan al mèdico de cabecera, no quiere hablar de los problemas progresivos del anciano, y si un profesional indica que puede ser EA busca a otro mèdico para obtener otro diagnòstico, incluso llegando a la negación de la enfermedad: “se han equivocado, no le pasa realmente nada, es que le falta vitaminas…”
B-BÙSQUEDA DE INFORMACIÒN Y EMOCIONES DIFÌCILES. Cuando ya el familiar va aceptando la EA del mayor y comienza a comprender los problemas que se le vienen encima, nota una progresiva falta de control en su vida diaria. Los dos efectos mas frecuentes de èsto son: que comienza a buscar informaciones sobre el Alzheimer casi siempre de forma algo caòtica al principio, y que surgen emociones negativas de duda, ira, culpa, frustración, etc: “¿por què nos ha tocado esta desgracia?”, “Dios me està castigando asì por algo malo que he hecho”, “!La culpa es suya por haber fumado toda su vida!”, “Los médicos son unos inútiles que no saben ayudarle, solo cobran dinero”. Éste es un tiempo de gran descontrol, angustia e incertidumbre.
C-REORGANIZACIÒN PSICOLÒGICA Y VITAL. Con una idea mas precisa de la EA, el familiar cuidador comienza a modificar diferentes aspectos de su agenda diaria para cuidar mejor al enfermo de EA, aprende “trucos” y rutinas para enfrentar la enfermedad, adapta la casa, conoce los médicos especialistas y los fármacos para cada dolencia del enfermo… en esta etapa el cuidador acepta psicológicamente su papel de cuidador de EA. Lo positivo es que adquiere progresivamente màs control sobre su vida, lo negativo es que va cargando resignadamente cada vez con màs y màs responsabilidades en su vida por la EA.
D-RESOLUCIÒN O SOBRECARGA. Los cuidadores viven prácticamente para el familiar con EA venticuatro horas al dìa, y han logrado acumular mucha experiencia en resolver sus problemas, ya que están muy implicados en esa tarea. Es la “etapa de madurez” como cuidadores. El aspecto positivo es que pueden llegar realmente a ser muy eficaces y a ser unos “expertos” en la EA; el aspecto negativo es que pueden cargar con tantas tareas que se sobrecargen y emocionalmente se agoten y “se rompan”: entonces aparecen trastornos psicofísicos y el síndrome del “Cuidador quemado” (burn-out).
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