Cuando decidimos la decoración de un ambiente, además de pensar en un estilo determinado, debemos elegir paralelamente uno o más colores dominantes.

Esto no significa que si elegimos el verde como color principal todos los elementos deberán ser de este tono. Si bien será preponderante, debemos colocar otros tonos como los neutros (gris, beige, blanco, negro) para que se genere una variedad.
También podemos adoptar esquema cromático basándonos en el estudio del círculo cromático. Este esquema puede ser de uno, dos o tres colores básicos, y a la vez podrá combinarse con otros neutros.
Bien utilizado, este esquema nos puede servir para rectificar apariencias de formato o tamaño, reforzar una idea, un grupo de elementos, destacar o disimular algún elemento , etc. Los colores son más interesantes cuando están bien combinados, y son los que dan la personalidad de un ambiente. Conociendo las características de los colores sabremos combinarlos efectivamente.

Según su ubicación en el círculo cromático podemos ver que aquellos que están cercanos o próximos , se consideran análogos. Estos combinados en un ambiente dan unidad y poco contraste. (P.ej. amarillo – naranja).
Los que están diametralmente opuestos, se consideran complementarios. (P.ej. rojo – verde)

Entonces según sea lo que buscamos, más diversidad o más unidad, elegiremos alguno de estos esquemas.

Esquemas monocromáticos

( un color predominante combinado con neutros )
Cualquier tema o cosa puede servir para crear una idea de color: Por ejemplo los colores de una estación del año (otoñales o primaverales), los colores de un cuadro o una porcelana, los colores de cabello u ojos de quien habita esa casa, etc. Esto es muy subjetivo y personal. No obstante eso, conociendo las propiedades de cada color y del ambiente que se tiene, será conveniente elegir tonos que ayuden a una mejor calidad espacial.

Colores opuestos

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