Un chico debe tener coraje para triunfar sobre un comportamiento abusador. Su hijo necesita coraje, pero no del tipo físico. Él necesita coraje social. La manera de desarrollar esta cualidad es mediante la competencia social y la confianza de sus hijos.
Organice una reunión familiar con sus niños. Los niños de antes tenían una gran red de conexiones familiares a su alcance. Los familiares más cercanos como los abuelos, tías, tíos, y primos se juntaban muchas tardes a sociabilizar con sus parientes de diversas edades y personalidades. Las familias hoy en día están dispersas, y los niños tienen pocas reuniones familiares en las cual desarrollar una competencia social automática. Y esos familiares que pasan tiempo con ellos, no como los compañeros de clase, solo tienen buena voluntad hacia el chico. Ninguno de nosotros puede volver a esos días de familias tan conectadas, pero podemos intentarlo.
Ponga a sus hijos adolescentes a cargo de la lista de invitados. Haga que les manden una invitación por email o por carta. Anímelos a que sean los organizadores. Esto seguramente traerá conversaciones con familiares cercanos y lejanos. Sugiérale juegos, una foto de la reunión familiar, incluso una gacetilla para invitar a todos. La anticipación y planear el evento lo distraerán de las inquietudes sociales antes del evento. El evento en sí mismo le ofrecerá un día de experiencias y contactos sociales que pueden continuar tiempo después.
Si su familia es pequeña, contemple otra clase de reuniones. ¿Qué pasa con el primer grupo de danza de su hija, o con el primer equipo de fútbol o de scouts de su hijo? La idea es crear una base con los pares y adultos que están fuera de su grupo de pares habitual.
Busque momentos de juegos espontáneos no supervisados. Cuando niños, nosotros solíamos andar en bicicleta, jugar al fútbol, las escondidas, u otros juegos. Pero el “salir a jugar” que nosotros hacíamos está extinguido en muchas comunidades.
Los juegos de los niños de hoy son planeados por los padres y supervisado por los adultos desde el preescolar hasta la escuela secundaria. Deportes como el béisbol o el fútbol se juega en clubes y son dirigidos por adultos. Aquellos viejos juegos donde interactuaban los niños del vecindario aportaban roles sociales, experiencia y confort.
Ayude a su hijo a encontrar esa clase de juegos libres de adultos, espontáneos. Formar parte de un equipo confirmado informalmente y con otros niños a los que quizás no conoce le dejará buenos recuerdos y una renovada confianza en si mismo.
Lleve a su hijo a practicar artes marciales. Desde el karate hasta el taekwondo, los más populares entre los niños y las chicas, estas clases proporcionan a los niños nuevas ventajas sociales. Afirman el cuerpo, dándole al chico una mejor imagen corporal. No le enseñan a pelear, pero sí un lenguaje corporal confiado y capacidad de autodefensa. Les remarcan los controles emocionales y físicos y mejoran la autoestima haciendo que los niños se sientan más fuertes y seguros.
Cosas que puede hacer
• Determine si su hijo es alguien querido o una víctima ocasional
• Identifique las actitudes y comportamientos característicos que hace que lo excluyan
• Practique técnicas para enfrentar a los abusadores y a los líderes de grupo negativos
• Trabaje con su hijo para mejorar sus habilidades sociales y comunicacionales
• Multiplique sus oportunidades de tener contacto social y practicar nuevas maneras de relacionarse con los demás
Cosas que no puede hacer:
• Proteger a su hijo cada vez que sea una víctima
• Cambiar su personalidad o temperamento
• Forzarlos a sus compañeros a tratarlos amablemente
• Alejar las amistades de sus hijos
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