Antes de realizar un escrito del relato completo tienes que realizar un último esquema: principio, trama y final.

Principio: tienes que creer firmemente en el destino porque siempre hay un principio. Si giras a la derecha el paisaje es distinto al de la izquierda. Por ello siguiendo con el ejemplo de los bebedores de sangre tienes  que seguir preguntando por el principio del principio, porque el final ya está en tu cabeza:

• ¿Quien era ella? ¿Bebía sangre antes de lo sucedido?
• ¿Cómo se conocieron? ¿Quien era el muerto? ¿Y el primer encuentro amoroso? ¿Quien dio el primer paso? ¿Qué tuvo que hacer ella para estar con él y viceversa? ¿Qué tuvieron que abandonar para estar juntos? Tal vez no se atrevieron a sacrificar nada y ahí está la historia.

Trama: siempre existe algo que te aleja del camino de cómo debería ser. Todo parece normal y de repente una palabra, una frase, un movimiento inesperado de la mano del protagonista, tal vez un tic que informa al lector de que algo va a pasar.

• ¿Por qué le condenan a muerte? ¿Que siente él? ¿Y ella hace algo por  salvarle? ¿Intenta verle por  última vez?
• ¿Se enteran las familias respectivas de su amor? ¿Qué es lo que no aceptan o ven intolerable?
• ¿Qué es lo que le motiva a ella a comprar la sangre?
• ¿Cómo reacciona la sociedad? ¿A quien se la compra?

Final: estás en medio de un conflicto, todo parece a punto de estallar, y tu mente sigue echando humo, no puedes parar de escribir, pero tienes que hacerlo, el fin no puede demorarse eternamente. Tienes que decidir. La mayoría de las veces es la misma coherencia de los personajes quien lleva hacia un final. Siempre depende del carácter de tu protagonista:
¿Realmente él muere? ¿Consigue la dama comprar toda la sangre en exclusiva? ¿Qué hace con ella? ¿Y luego que es de su vida? ¿Muere, la destierran, se rejuvenece…?
Si has seguido todos los pasos correctos de este plan de acción, tienes una historia dividida en bloques, parecen más bien las respuestas a un examen que un verdadero relato, pero ahora llega la parte más sencilla y la que requiere de mayor conocimiento del idioma por tu parte. Elige bien las palabras,  busca en el diccionario de sinónimo y antónimos un apoyo. Junta las piezas de este puzzle que has construido y verás como tu relato adquiere forma y contenido.

Finalmente: ¡Disfruta de la lectura de tu obra!
Te invito a que publiques el resultado en el espacio que te brinda escribearte.com la revista literaria que dirijo.

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