El bouquet-garni: Es un ciudadano francés que nos ofrece en un ramito compuesto el aroma del laurel, el orégano, y el tomillo. Siempre lo ponemos en nuestras preparaciones amarradito para poderlo retirar una vez que ya ha entregado todas sus propiedades.
El ramito de hierbas: Tradicionalmente es un atado con hilo de perejil, laurel y tomillo, aunque esta a gusto del cocinero agregar hierbas, o alguna rama de apio España, o un trozo de corteza seca de naranja, un diente de ajo, alguna rama de hinojo. Eso si todo bien atado para poder recuperarlo al terminar la cocción. También podemos hacer una bolsita de liencillo que se cierra y donde podemos meter todas estas hojas y sacarla al final, manteniéndola siempre limpia y lista, solo para este fin.
Finas hierbas: Es una mezcla picadita de perejil, cebollin y estragón. La alquimia de estas mezclas puede tener un centenar de usos, como espolvorear sobre huevos escalfados, condimentar pescado, unidas con mantequilla derretida y un chorrito de limón sobre el pollo asado o la carne a la parrilla es de pronósticos reservados (como se dice en Venezuela cuando algo esta en el paroxismo de la exquisitez) o aromatizando una mayonesa (verde) para bañar los camarones y langostinos
El compuesto criollo: Es un atado de cilantro, perejil y apio España básicamente. Pero que puede se enriquecido con cualquier hierba fina a gusto propio. En Venezuela, cuando pedimos un compuesto nos dan generalmente un ramillete con estas tres plantas.
Hay hierbas características que nos recuerdan lugares o tipos de comidas como la albahaca y el orégano en las comidas italianas, o el perejil en platos españoles, o el cilantro picadito espolvoreado sobre un buen cruzado venezolano. También son acompañantes insustituibles de un ingrediente o plato, en un matrimonio perfecto como el romero y el cochino o el perejil y el conejo. O el orégano y el tomate.
Pero lo importante es que estas ramitas de hierbas le añaden un sabor delicioso a sopas y guisos.
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