Las raíces del Zen se encuentran en la vida y enseñanzas de Buda y en las tradiciones espirituales del hinduismo. La filosofía Zen se centra en la iluminación y búsqueda de armonía y paz interior a través de acciones simples y cotidianas, como por ejemplo la pintura caligráfica, meditación, rituales, artes marciales, la ceremonia de servir el té o en un arreglo floral.
El estilo Zen busca alejarse de la ornamentación y el barroco. El equilibrio se logra con la utilización de pocos objetos, materiales naturales y presencia de aromas.
Los colores que se utilizan son principalmente el blanco, ocre, grises y beiges.
Los materiales utilizados son aquellos que están en estado natural o poco industrializados, como la madera natural, piedra, etc.
En baños y cocinas se prefiere la piedra a las cerámicas, pisos preferentemente de madera clara tipo haya.
Los muebles utilizados deben ser bajos, de líneas rectas que imitan el orden.
La iluminación debe ser sutil, indirecta, con artefactos escondidos, logrado un ambiente suave y sensual propicias para la meditación y el descanso.
Se pueden utilizar objetos de cristal o madera.
|