“Toda organización está inmersa en una estrategia determinada, aunque desconozca el punto de destino”
“Cuando se altera la estrategia actual, lo que se pretende cambiar es el camino para alcanzar un determinado objetivo; objetivo que suele ser distinto al que alcanzaría si no hiciera cambio alguno”
Y es en este contexto en el que hay que entender los procesos de toma de “decisiones estratégicas” y el “comportamiento estratégico”. Es un proceso de cambio del camino actual hacia otro que nos lleva a un objetivo diferente.
Ahora bien, ¿para realizar de forma voluntaria este tipo de cambio de camino qué hay que tener en cuenta?
En realidad la respuesta es bien simple:
1) Deberíamos conocer las condiciones de partida
2) Deberíamos conocer las diferentes alternativas o caminos
3) Deberíamos conocer el objetivo a alcanzar.
Aparentemente el punto más fácil sería el de decidir el objetivo. Después debería ser fácil decidir o establecer diferentes caminos o alternativas para alcanzarlo. Y por fin, el que aparentemente resultaría más difícil sería establecer exactamente la posición inicial.
Aunque la realidad es más compleja, ¿o no?
Sin embargo, en realidad entramos en un circuito o cadena sin fin, ya que es absolutamente imposible conocer exactamente las condiciones de partida.
1) Decidido el objetivo
2) Seleccionado el camino
3) Dadas unas condiciones iniciales
Como:
1) Las condiciones iniciales eran erróneas
2) El camino que se toma es otro
3) El destino final cambia.
Deberé por tanto:
1) Con las nuevas condiciones que, tampoco puedo conocer exactamente,
2) Corregir el camino
3) Para cambiar el destino hacia el que voy y alcanzar el que he fijado.
Es una cadena sin fin.
La toma de decisiones estratégicas en una organización será siempre un proceso permanente. En la medida en que pueda verificar la evolución, el camino, las desviaciones, y pueda cambiar de rumbo en un momento determinado tendrá más posibilidades de alcanzar un objetivo deseable.
Todo lo que pueda Vd. leer sobre gestión empresarial va ligado en mayor o menor medida a este objetivo. Nuevas tecnologías, técnicas de dirección de recursos humanos, métodos de producción, reingeniería, van orientadas a ayudarnos a este gran objetivo que las Organizaciones se marcan:
Cambiar el destino actual por otro más deseable.
Eso siempre que tengamos por cierto que nuestro destino actual no es o suficientemente bueno.
Así pues, y en resumen, el proceso de toma de “decisiones estratégicas” o “comportamiento estratégico” de las organizaciones va orientado a alcanzar este gran objetivo, “Cambiar el destino actual de la Organización por otro más deseable” (en realidad podríamos decir lo mismo de cualquier tipo de decisión a cualquier nivel).
Y, lamentablemente, hasta que los científicos nos proporcionen las fórmulas adecuadas para predecir el futuro sólo podremos actuar por aproximación.
Aproximación para poder conocer las condiciones iniciales o punto de partida, en el que nos encontramos.
Aproximación para poder reproducir pautas estratégicas o encontrar aquella más adecuada.
Aproximación para poder intuir el destino que deseamos alcanzar
Lo único que podemos hacer, es realizar la aproximación lo mejor posible, y corregir las desviaciones a tiempo.
Así pues, cualquier método que creamos adecuado para conocer las condiciones iniciales, puede ayudarnos, siempre y cuando entendamos la relatividad que conlleva.
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