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Según el Feng Shui, los materiales y colores que utilice en la decoración de un local serán de mayúscula importancia. Nada está librado al azar. Cada elemento y cada color, incluso combinados, tienen un efecto tanto en los posibles compradores como en los empleados. De acuerdo al estilo de negocio que posea, las variantes pueden cambiar.
Los cinco elementos
Los cinco elementos básicos del Feng Shui: Fuego, Tie¬rra, Metal, Agua y Madera, nos serán muy útiles para dar¬le personalidad y armonía al negocio.
La Madera es la más querida por la mayoría de los comer¬ciantes y negociantes, porque es el elemento que mejor aísla y equilibra las fuerzas internas, ya que es un elemen¬to tan acogedor como vitalizador.
El Fuego es eminentemente generador y activo, por lo que puede potenciar lo eléctrico y equilibrar lo magnéti¬co, pero no se debe abusar de él porque puede «quemar» o desleír los productos. A toda empresa, negocio o comer¬cio de mucha actividad, de creación o de transformación de productos, el elemento Fuego es el más adecuado, y este elemento se puede conseguir con colores cálidos, luces intensas, un horno, una estufa, música o elementos tro¬picales.
La Tierra es eminentemente magnética y acogedora, por lo que tiene una gran capacidad de atracción, pero hay que añadirle un poco del elemento Fuego para que los clientes se decidan y los empleados no se asienten dema¬siado. Todo lo rústico, tradicional o artesanal se lleva muy bien con este elemento.
El Agua es símbolo de riqueza en la cultura china, pero tiene un gran poder devastador y hasta de mala suerte cuan¬do no está controlada. El Agua es básicamente magnética, pero también es un buen conductor eléctrico, por eso hay que manejarla con cuidado. Los no colores, es decir, el blan¬co y el negro, son un buen símbolo de este elemento, y a menudo un simple jarrón o una pequeña fuente de movi¬miento perpetuo, son suficientes para que nuestro negocio empiece a ver aumentada su riqueza. Por supuesto, y si lo que se pretende es un negocio agradable y tranquilo, Los colores del mar, desde el verde transparente hasta el azul marino, pasando por el azul claro y el azul cielo, son un buen reflejo que potencian las virtudes de este elemento, pero, como en el caso de la Tierra, es aconsejable añadir luz o un color suave cálido que potencie la actividad y la decisión que va implícita en el elemento Fuego.
El Metal es uno de los elementos preferidos en Occi¬dente, porque combina bien con el cristal, que está entre el Metal y la Tierra, la luz que refleja, dejándola entrar y salir, en representación del elemento Fuego, y la clari¬dad de sus colores que enlazan con el elemento Agua. El Metal, además, es dual en electricidad y magnetismo, lo que le da capacidad de atracción, a la vez que mantiene las distancias, con lo que adquiere cierta elegancia y nivel intelectual, acercándose mucho a la idea de lujo que hay en Occidente y que cada vez cala más en Oriente. Todo negocio activo e impersonal es ideal para el Metal. Y si se le quiere dar un toque acogedor, bastará con añadirle un poco de Tierra o Madera.
Por supuesto, se pueden utilizar los 5 elementos bási¬cos en un negocio, empresa o comercio, siempre y cuan¬do se haga con estética y armonía.
Elija los colores con cautela...
Los colores son muy importantes en un negocio, por¬que son reflejo directo de estados de ánimo, personalidad, carácter, disposición y dirección de las aspiraciones, y a menudo un mal color, por noble que sea el negocio, pue¬de romper con la buena progresión del mismo.
El gris, como color neutro, y siempre que sea muy lim¬pio, reluciente, sedoso, iridiscente o casi metálico, siem¬pre dará un toque de distinción y modernidad, por lo que es muy bueno para negocios de lujo, de aire intelectual, de línea moderna o incluso futurista, donde las nuevas tec¬nologías y las comunicaciones se mueven como pez en el agua.
El verde siempre será un color de naturaleza, de ferti¬lidad, de ilusión y de esperanza, muy adecuado para las masas que aspiran a no serlo tanto.
Estos dos colores son los preferi¬dos a lo largo y ancho del mundo para decorar desde ins¬tituciones hasta grandes almacenes, desde bancos hasta joyerías y desde pequeños negocios hasta talleres mecá¬nicos. Escuelas y museos los comparten con tiendas de comestibles y de ropa, y no es nada raro encontrarlos mez¬clados en logotipos, cajas y demás reclamos de publicidad, cuando, curiosamente, son una terrible mezcla para ves¬tir o para decorar una casa.
En segundo lugar se puede citar el conjunto del rojo, todo fuego, pasión, expansión y vitalidad, y el azul mari¬no, claro reflejo de protección, profundidad y calma. La mezcla de estos dos colores, que da lugar al mora¬do, se realiza en el inconsciente del observador, ya sea pro¬veedor, empleado, dueño o cliente. Ese color morado que se crea en el inconsciente es, junto con el negro, símbolo de riqueza y alegría en la cultura china. Pero no es el úni¬co sentido de ambos colores en conjunto o mezclados den¬tro de nuestra mente, porque entre ambos forman una sen¬sación de religiosidad, misticismo, poder y seguridad. Por eso ambos colores, cuando se usan conjuntamente, sólo son utilizados con éxito por grandes firmas, generalmen¬te tradicionales y asentadas, mientras que los nuevos y pequeños negocios que los utilizan tienden al fracaso casi irremisiblemente.
El azul plúmbago, o azul sucio, junto con el color naran¬ja, crea un conjunto similar al anterior, pero con menos peso, y aunque es poco atrayente, sí puede servir de trampolín para asumir nuevos colores con más solidez y peso. Ya que de no hacerlo así, el azul sucio y el naranja en conjunto acabarán por dar la sensación de envejecimiento prematuro, un valor que está muy lejos de la sensación de confianza que necesitan los clientes.
El blanco y el negro, a pesar de ser complementarios, tienen un difícil equilibrio cuando se trata de decorar un negocio o un comercio, porque pueden caer fácilmente en un gris sucio y poco atractivo. Sólo si el negro es un negro profundo, sedoso y brillante, y el blanco es cremoso y níti¬do, la mezcla funcionará dándole elegancia, atractivo, fuer¬za y magnetismo al conjunto, lo que redundará en la caja. Y siempre será mejor mucho negro con unos toques de blanco, que mucho blanco con unos toques de negro.
El blanco liso y limpio, pero a la vez sólido y com¬pacto, siempre será un buen fondo casi para cualquier otro color, como el rojo, que hace comprar por impulso; o el azul, que nos hace creer que compramos mejor; e inclu¬so el verde, que nos hace comprar con esperanza; o el naranja, que nos hace creer que lo que compramos per¬durará. Con el dorado, el gris plata brillante y el negro obsidiana, atraerá a quien busca un toque de distinción, lujo y elegancia, pero alejará a aquellos que no quieren gastar demasiado. El lila o el morado le pueden dar un toque de complicidad y alegría. Pero el amarillo y el rosa se perderán en lo blanco y el negocio perderá potencia con premura.
Los colores chillones y estridentes, sobre todo amarillos, verdes ¬y naranjas, son sinónimo de barato y poca calidad, de mal gusto y de inmadurez. Un negocio orientado a gente de pocos recursos, o bien, orientado a gente joven o a niños, puede funcionar muy bien con estos colores, pero nada más.
Mientras que los colores apastelados, a pesar de su belleza, atraen mucho pero venden poco.
Sin embargo, una mezcla equilibrada entre los chi¬llones y los apastelados puede funcionar perfectamente y calar entre la juventud.
Los colores preferidos del Feng Shui son el negro y el morado, con apliques de rojo intenso y de dorado, todo ello soportado por colores de maderas nobles como el ébano o el roble, con toques de blanco, beige, crema o madera cla¬ra. El verde y el naranja sólo son aceptables en fiestas, como adornos y acompañados siempre de rojo, lila y amarillo.
Ahora, antes de pintar o decorar su negocio, piense en las posibilidades que le ofrece el Feng Shui, adaptándolas a la situación de su actividad. Su éxito puede depender de ello...
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