• Acude a tu doctor por un chequeo de rutina antes de comenzar a hacer entrenamiento de fuerza.
• Calienta siempre entre 5 y 10 minutos antes de comenzar el entrenamiento de fuerza.
• La perfección de los movimientos durante el ejercicio es fundamental para tu seguridad y la efectividad. Comienza con pesos ligeros para perfeccionar los movimientos y acostumbrarte al entrenamiento. Incrementa el peso en forma gradual y con el tiempo; no más de un 10% por semana.
• Siempre enfría o relaja el cuerpo durante 5-10 minutos al final de tu rutina.
• Varía el programa de ejercicios para evitar el aburrimiento y las mesetas. Cambiar tu rutina cada 6-8 semanas es vital para mantener en constante desafío y adaptación a los músculos del cuerpo. De esta manera, los obligarás a trabajar más fuerte, te sentirás desafiado, y quemarás más calorías y ganarás mayor masa muscular en el proceso.
• Ingiere abundante agua antes, durante, y después del ejercicio para mantener la hidratación corporal.
• Las máquinas son mejores para los principiantes. Éstas suelen tener instrucciones de uso detalladas en su estructura, que además muestran los músculos que están siendo trabajados. Las máquinas son diseñadas para posicionar al cuerpo en forma apropiada y para aislar correctamente al grupo muscular en cuestión. Generalmente las máquinas suelen estar agrupadas según los músculos que trabajan (brazos, piernas, pecho, espalda, etcétera), de modo que podrás ir de una a otra sin mayores dificultades.
• Por su parte, las mancuernas son para gente más avanzada en la cuestión. Una vez que adquieras una buena base a través de las máquinas (o mediante ejercicios de peso corporal), puedes moverte hacia las mancuernas. A la hora de usar mancuernas, la forma se convierte en lo más importante, dado que no hay nada que te sostenga o te haga adquirir una postura propia para el ejercicio. Procura entrenar siempre frente a un espejo y usa los bancos disponibles para apoyar tu cuerpo si así fuera necesario. Siempre mantén vigilada la alineación de las articulaciones y la relación entre las mismas: hombros, caderas, rodillas, y tobillos deben estar alineados (a no ser que el profesor te indique lo contrario para un ejercicio determinado). Tu espalda debe estar derecha y los abdominales contraídos para sostener la parte inferior de la espalda. Busca siempre la asistencia de un profesor para que de diga si estás haciendo algo mal o si estás usando peso excesivo.
• No contengas la respiración, ya que puede ser peligroso dado que incrementa la presión arterial y puede ocasionar mareos, entre otras cosas. Exhala profundamente y con fuerza durante la fase de mayor esfuerzo —generalmente el momento en el que estás levantando el peso—. Inhala profundamente en la etapa más sencilla —generalmente cuando te encuentras regresando a la posición inicial—. Intenta mantener este ritmo a lo largo de toda la serie. Puede que en un principio requiera de cierta concentración, pero se convertirá después de algún tiempo se convertirá en un hábito.