Lo que puede obtenerse de Yehuyiah:
El conocimiento de los traidores y su destrucción. Protección contra las acechanzas
de los malvados. Obediencia de los subordinados. La revelación de los defectos propios y de las actitudes erróneas. Resultados prácticos en los trabajos, victorias profesionales.
“Yehuyiah; Dios que conoce todas las cosas”.
“El Eterno conoce el pensamiento del hombre y sabe de su vanidad”.
“Dominus scit cogitationis hominum quo niam vanae sunt”.
“Yehuyiah, Señor, he recorrido un largo camino del lado de la ley, he sido Tu
instrumento y me has manipulado a placer. Si es Tu voluntad el que ahora conozca la perversidad de tu reino, vela desde lo alto, Yehuyiah, para que aprenda las lecciones que deba asimilar y no me extralimite en atribuciones maléficas”.
“Quiero moverme en el límite de Tus exactos designios, quiero que mi incursión en las columnas de las tinieblas sea un episodio, un interludio, un intermezzo, una distracción en la gran ópera de mi existencia”.
“Y, una vez aprendidas las lecciones que Tu voluntad me ha asignado, pido tu
ayuda, Señor, para que pueda volver a la columna de la luz y, ya en ella, pasar al
pilar del centro, a fin de ser fundamento y base de Tu esplendoroso universo”.
Genio número 34: Lehahiah.
Lo que puede obtenerse de Lehahiah:
El aplacamiento de la cólera, la propia y la de los demás. La comprensión de la
estructura del universo, de las leyes divinas. Favores inverosímiles de parte de los
grandes: títulos, honores, dones. Buenos resultados en las peticiones a ministros,
directores, gobernantes.
“Lehahiah; Dios clemente”.
“Israel, pon tu esperanza en el eterno, desde ahora y para siempre”.
“Speret Israel in Dómino, ex hoc nunc, et usque insaeculum”.
“Lehahiah: dame buenas causas en las que servir. Dame señores de vasto horizonte a los que aportar mi fiel eficacia organizadora”.
“Me has enseñado, Señor, a combinar el Agua con el Fuego y en esa tarea espero conquistar mis títulos de gloria”.
“Oriéntame hacia situaciones en las que pueda brillar con las cualidades que me has insuflado, y si me toca trabajar para ruines señores, pon en mí la ambición de ser justo”.
“Haz que con mi voz y con mi gesto pueda aplacar a los esp íritus encolerizados; haz que sea ejemplo de generosidad y entrega; haz que el corazón y el cerebro vivan en mí en perfecta armonía y que pueda transmitir a mis hermanos esa paz que Tú has llevado a mi alma; haz de mí, Lehahiah, el pilar inamovible de la columna del centro”.
Genio número 35: Chavakiah.
Lo que puede obtenerse de Chavakiah:
Ayuda en el establecimiento del contacto con el Ego. Buena comprensión entre
padres e hijos. El hallazgo de canales adecuados para realizar la misión. Reconciliación entre familiares ofendidos y el perdón de toda ofensa. El reparto amistoso de sucesiones, testamentos entre miembros de familia.
“Chavakiah; Dios que da alegría”.
“Amo al Señor por haber escuchado la voz de mis oraciones”.
“Dilexi quoniam exaudiet Dominus voce morationis meae”.
“Chavakiah, ayúdame Señor a entender la lengua extraña de las divinas regiones”.
“Ayúdame, Chavakiah, pon en mí la fuerza de decisión necesaria para romper con los hábitos perversos y poder ser así la base de un nuevo universo”.
“Yo seré el material firme, la cal y el cemento de Tu obra, y te ofrezco mi cuerpo y mis vehículos para que edifiques con ellos el nuevo Edén”.
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