Esta familia tiene un alto grado de dificultad para el hipnotizador. Exige fuerza, autoridad y gran fluidez verbal. Basada en la pura fuerza de sugestión del hipnotizador, puede fracasar ante mentes lógicas y rápidas. Resulta delicado dominar este método, puesto que exige tomar decisiones rápidamente ante desafíos imprevistos. Si el sujeto empieza a abrir la mano ¿hay que proceder a la anulación o es preferible insistir? El éxito dependerá directamente de su convicción.
Estrategia (Lo que está en negrita) Fraseología (Lo que está en cursiva)
Crear una situación con dos posibles salidas.
Extiendes el puño, su brazo se vuelve rígido. Cierra la mano, mas fuerte, cierra cada vez más fuerte, mas apretada, ahora tu mano es de acero, muy cerrada.
Lanzar el desafío.
A partir de ahora, tu mano está tan cerrada, que ya no puedes abrirla.
(Con esto, podemos encontrarnos con dos comportamientos:)
Caso 1.
Si el desafío fracasa, anular.
(El alumno abre la mano antes de terminar; tienes que impedir que recupere el control)
Abre la mano
Caso 2.
Si no, constatar el fracaso:
(El alumno no puede abrir la mano)
Intentas abrir la mano, pero no puedes. Cuanto más lo intentas, más difícil te resulta.
Negociar la salida del conflicto
(En el caso en que no pueda abrir la mano)
Cuando cuente hasta tres abrirás la mano, pero te dormirás todavía más profundamente. 1, 2, 3, ¡Abre, duerme!
Es ahora donde entra tu imaginación a la hora de crear técnicas nuevas de esta familia. Puedes sustituir el puño cerrado por:
- Abrir la boca, prohibición de hablar.
- Prohibición de levantarse.
- Prohibición de abrir los ojos, etc.
Observa el giro del lenguaje característico del desafío:
<<Trate de... Usted ya no puede...>> |
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