Cuando usted está fuera de casa, también es importante que tome precauciones para proteger su información personal. No es difícil que otros escuchen sus conversaciones por teléfono celular. Incluso usted escucha a personas hablar despreocupadamente, por ejemplo, en el colectivo, mientras que los demás no tienen más que escuchar (quieran o no). ¿Y qué pasa si un ladrón de identidad está escuchando una de estas pláticas aparentemente intrascendentes? Suponga que usted decide ordenar unos boletos para el teatro a través de su teléfono móvil, mientras espera al colectivo en la parada. Alguien podría escucharlo con facilidad. Por lo tanto, no vocifere su número de tarjeta de crédito en lugares donde otros pueden escucharle.

Adicionalmente, no sólo debe cuidarse de lo que dice, sino también de lo que deja ver. Alguien puede estar mirándolo mientras usted usa su tarjeta de llamadas de larga distancia o mientras extrae dinero del cajero automático. Asegúrese de que nadie esté mirando por sobre su hombro. Los mirones andan dando vueltas por todos lados. Y los distraídos también.

Destrucción de evidencias

Otra manera en la que los ladrones de identidad intentan apoderarse de información personal es a través del “husmeo en la basura”. Especialistas en seguridad señalan que los ladrones de identidad se hacen de números de seguridad social, números de tarjeta de crédito y números de cuentas bancarias husmeando en los botes de basura fuera de las casas y comercios. La cuidadosa inspección de los botes de basura puede traer grandes recompensas a estos profesionales del fraude, ya que les permite unir puntos en busca de la confección final de su personalidad. Por eso, destruya siempre cualquier documento que posea información personal antes de descartarlo. ¿O usted cree que, una vez en la bolsa de basura, sus desperdicios se desmaterializan?

¿Cuáles de los siguientes elementos pueden botarse a la basura con tranquilidad?

• Tarjetas de crédito en desuso
• Estadísticas bancarias
• Cheques cancelados
• Cáscara de banana
• Cartas de compañías ofreciendo nuevos créditos
• Tarjeta de llamadas telefónicas
• Cartón de leche vacío
• Resumen de tarjeta de crédito
• Cualquier papel con su número de seguro social

Por su seguridad, le conviene haber elegido “cáscara de banana” y “cartón de leche vacío”.

El tipo de correo que una persona menos querría que caiga en manos de un ladrón es una oferta de crédito preaprobada o una aplicación para un préstamo, seguro o tarjeta de crédito sin solicitud. No crea que es similar al correo basura que recibe a diario en su casilla de correo electrónico, y del que se puede deshacer con un simple clic. Un ladrón podría utilizar esta aplicación para obtener el crédito que le ofrecieron a usted. Para evitarlo, antes de sacar la basura a la calle, rompa en mil pedazos estas piezas de información. Si todavía no tiene una, compre una trituradora de papeles y comience a usarla.

Por otra parte, muchas personas, para extremar sus cuidados, deciden poner los restos de sus documentos en distintos botes de basura o sacarlos por partes (un poco hoy y otro poco mañana). En cuanto a las viejas tarjetas de crédito, utilice tijeras para cortarlas en varios pedazos antes mandarlas a la bolsa de residuos.