Para proyectar una imagen poderosa hay que prestar atención a los detalles. Pocas de nosotras cometemos errores groseros de imagen tales como la falta de aseo o cosas parecidas, pero la imagen se percibe como un todo, que hace al conjunto de pequeños detalles.
A continuación te propongo algunas sugerencias para que evalúes tu imagen:
Tu imagen debe decir que estás en el siglo 21. Si te has quedado pegada en la moda o el peinado de otra década, vas a proyectar una imagen de rigidez.
El pelo es fundamental: no solo tiene que estar limpio –lo cual es obvio- sino también prolijo. Hay que elegir un corte adecuado al tipo de pelo, de manera de poder arreglarlo en casa y que se vea bien.
A medida que maduramos, hay que renunciar al pelo largo, porque avejenta y además provoca una imagen discordante con el cuerpo.
Las manos deben cuidarse semanalmente y lucir impecables, no se justifican las uñas mordidas y mucho menos el esmalte “saltado”, es preferible usar una base incolora, que protege las uñas y disimula imperfecciones.
Si usas lentes en forma permanente, hay que cuidar que el marco sea más o menos actual. Si usas los mismos anteojos hace 15 años, es hora de cambiarlos, porque igual que pasa con la ropa, delata que son de otras décadas y que no te gusta cambiar.
El perfume da un toque final al arreglo y puede ser exquisito, siempre y cuando no te excedas en su uso.
Para trabajar, y sobre todo si lo haces en un ámbito mas o menos formal, usa una bijouterie pequeña y discreta que acompañe al vestuario y que no “grite”.
Cuida tu postura, no hay imagen que valga con un cuerpo desgarbado. Como la gravedad nos tira inevitablemente para abajo, hay que corregir la postura permanentemente para evitar problemas de salud, además de lucir elegante.
El maquillaje completa la imagen. Un poco de maquillaje, aplicado donde corresponde y de manera natural, va a “despertar” tu cara, dándole mas vida y color y realzando la ropa.
|