Este primer punto es muy importante y esencial, ya que en él vamos a cortar el servicio eléctrico de la instalación, así como de las posibles realimentaciones inesperadas que se nos pudiesen presentar. Para ello debemos abrir todas las posibles fuentes de tensión que penetren en la zona de trabajo, considerando en estas las posibles realimentaciones, con lo que abriremos tanto la llegada de tensión de la red eléctrica principal como todas las posibles fuentes o cargas conectadas (ejemplo: fusibles, derivaciones individuales y generales. En el caso de la media tensión abrir también la baja tensión, etc... ). Las cuales en un momento determinado nos pueden propiciar un riesgo eléctrico no esperado.
Entendemos como realimentaciones cualquier tipo de tensión que pueda llegarnos ajena o derivada de la red eléctrica principal, como puede ser el caso de: grupos electrógenos, instalaciones fotovoltaicas, otras redes próximas, etc...
Por ejemplo en el supuesto de un trabajo en una centralilla de contadores de un edificio, tomaremos como puntos de aislamiento y consecuentemente realizando su apertura, tanto los fusibles o interruptor de entrada del suministro eléctrico al edificio como de los fusibles de todas las derivaciones individuales de cada vivienda o local comercial. Ya que a través de estas nos puede llegar por ejemplo una realimentación a través de un grupo electrógeno sin inversor en una instalación particular. De ahí la importancia de este punto.
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