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Muy a menudo, la violencia doméstica tiene su nido establecido en la guerra psicológica. Situaciones tales como amenazas de cualquier tipo, ofensas, insultos, criticas continuas, burlas, sarcasmos, gestos intimidantes, empujones, agresión verbal o física, manipulaciones, expresiones de rechazo, actitudes desafiantes, etc.
Estas actitudes ejercen presión sobre los individuos de manera diferentes.
La Autoestima juega un papel fundamental en relación a estos conflictos. Las personas, con baja estima tienden a jugar estos juegos psicológicos, bien sea como agresor o como victimas, lo cierto es que tanto el agresor, como la victima, tienen una autoestima pobre acerca de ellos mismos, y es por ello que en reiteradas ocasiones. El AGRESOR recurre a las practicas violencias, porque considera que si actúa amablemente, va a ser irrespetado, y no habrá quien realmente tome en serio sus inquietudes si no es por medio de una intimidación, en el caso de la VICTIMA, se siente constantemente atemorizado, porque no se siente capaz de continuar sin las cosas buenas de las que necesita de su agresor, y por eso no lo encara, por miedo a perder las cosas buenas, entonces se deja maltratar, violentar, manipular, y ridiculizar.
A medida de que esta situación dure mas tiempo, los lazos entre el AGRESOR y la Victima, van a seguir siendo muy dependiente uno del otro, ya que el agresor necesita de una victima para sentirse seguro, mientras que la victima necesita seguridad en sus necesidades, aunque para mantenerlas aseguradas, tenga que soportar agresión.
El problema es muy complejo, y ambas personas, necesitan ayuda psicológica, porque ambas personas, tienen serios problemas de identidad, de autoestima, y de dominio de su carácter, y es probable, que aunque violentamente estas se separen, continuaran formando nuevos lazos de agresor-victima con otras personas de su entorno.
El AGRESOR ya ha descubierto que con violencia consigue lo que quiere, y entonces, busca de formar nuevas relaciones, en las que el se sienta fuerte ejerciendo agresión, y no formara pareja con nadie que no le permita agredirles.
La Victima se siente inferior y aunque quisiera estar con alguien que se merezca su compañía, no se siente seguro de merecerse algo mejor, porque se siente que vale poco, y siempre va a buscar a cualquier persona, que le parezca bien, pero si esta otra persona, se da cuenta, que esta victima, no sabe arrancar por si sola, y que hay que ejercer presión en ella, este también se adaptara al habito de agredirle, para conseguir lo que requiere.
En todo caso, si tu eres una persona impulsiva, que necesitas agredir para sentirte seguro, o que permites agresión para mantener asegurada algunas necesidades, tienes problemas que resolver desde ya, primeramente necesitas ayuda de Jesús de NAZARETH, Y EN SEGUNDO LUGAR NECESITAS AYUDA DE PERSONAS EXPERTAS, bien sea psicólogo, pastor, consejeros matrimoniales, discipuladores, etc.
Si tienes hijos, es mas urgente que resuelvas estas situaciones, porque le estas transmitiendo a tus hijos aprendizajes directos de violencia, y relaciones agresor-victimas, y tus hijos pueden aprender algunas de ellas, ser agresor o ser victima de por vida.
¡Si estas experimentando cualquier tipo de situaciones al respecto, por favor pide ayuda, no dejes la situación así!
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