Que son y para
que sirven
La piel cuando su
funcionamiento es normal libera del cuerpo toxinas
y obviamente recibe contaminación externa,
por ello periódicamente necesita ser
purificada, para ello sirven los jabones exfoliantes.
¿Qué
hacen?, le agregan textura a la espuma y logran
remover así la suciedad y las células
muertas de la superficie y al mismo tiempo estimulan
las saludables.
Para que este trabajo
tenga un beneficio adicional es bueno incorporar
a estos jabones algún nutriente o humectante.
Recomendación: al utilizar este tipo de jabones nunca frote
demasiado, ellos actúan por si mismo,
un suavísimo masaje es suficiente.
Con qué
podemos hacerlos
Podemos trabajar
con elementos que tenemos al alcance de la mano
en nuestra alacena o los podemos conseguir fácilmente,
en el almacén o el supermercado.
Por ejemplo:
Germen de trigo
Avena fina o extrafina
Harina de maíz de cocimiento rápido
Todos deben ser
finamente molidos, puede lograrse esto pasándolos
por la procesadora.
También podemos
utilizar productos mas específicos, pero
no es muy aconsejable a no ser que alguien nos
aconseje muy bien el que nos conviene.
Entre estos productos
hay algunos que son mas sencillos de utilizar
sin cometer errores que produzcan problemas
en nuestra piel:
Piedra pómez: para utilizarla por si tuviera trozos desparejos
debemos tamizarla, y siempre la usaremos para
manos y pies, es muy útil para las manos
sucias de grasas de mecánica automotriz
o trabajos que dejen muy estropeada y sucia
la piel, también para las partes del
pie que se engrosan por el roce con el calzado,
luego de utilizar este tipo de jabones es conveniente
aplicar una crema suavizante.
No utilizar todos los días
Caolín: es una arcilla muy fina y se puede utilizar
para manos percudidas, pies, talones, codos
y rodillas.
También es aconsejable utilizar luego
una crema suavizante y/o nutritiva y no usar
permanentemente, cada tres o cuatro días
estará bien y dejara nuestra piel libre
de engrosamientos desagradables.
Y quedan las arcillas
de uso cosmetológico que solo deben utilizarse
conociendo muy bien sus propiedades y aconsejados
por un profesional de nuestra confianza.
Mi exfoliante
favorito
Jabón
de avena y miel
Materiales
- Jabón
base de coco o glicerina 250 g
- Miel pura (la
que solidifica al frío) 1 cucharada
sopera
- Avena extrafina
2 cucharadas soperas
- Fragancia
- Alcohol 10 cc
- Prolijador de
jabón
Pasos
- 1. disolver a
baño Maria el jabón que hayas
elegido.
- 2. cuando este
casi totalmente disuelto incorporar la miel,
también necesita disolverse, pero no
debe estar mucho tiempo al calor para mantener
sus propiedades benéficas.
- 3. retirar del
fuego y del baño Maria cuando se haya
disuelto totalmente, incorporar la avena y
el alcohol y la fragancia.
- 4. siempre es
aconsejable utilizar fragancias que no varíen
demasiado al combinarse con la miel, yo suelo
perfumarlos con fragancia a miel o naranja
o ambas, mezclar muy bien.
- 5. inmediatamente
verter en los moldes.
- 6. aplicar el
prolijador en caliente para alisar la superficie.
- 7. dejar enfriar
y solidificar.
- 8. desmoldar.
- 9. dejar orear
hasta que pierda humedad al tacto.
- 10. envolver
con film autoadherente.
En este jabón
se combinan las propiedades suavizantes y exfoliantes
de la avena, es un exfoliante muy suave y delicado
con propiedades suavizantes, con las humectantes
y antibacterianas de la miel.
A tener en cuenta: si la miel la cocinamos pierde sus propiedades,
si no estamos seguros es preferible lograr que
se disuelva colocándola en un baño
de agua tibia y esperar que allí recupere
solubilidad y agregarla al jabón cuando
ya se ha disuelto.
|