Un mago aficionado es cualquiera que tenga una mínima cuota de talento, habilidad y conocimiento cuando se pone a realizar trucos de magia. El o ella puede ser cualquiera que conozca un solo truco o como máximo tres trucos de magia.
Pero básicamente una definición más técnica de un mago amateur es cualquiera que no practique ninguna clase de magia como negocio, incluso si él o ella conocen cuatro, cinco, seis o más trucos de magia. Esto sin importar cuan bueno, muy bueno o excelente sea quizás en actuaciones con flores, juegos de mano o ilusiones ópticas.
Sin embargo, hay ciertos magos amateurs que dan lo mejor de sí para expandir su conocimiento actual tanto como su repertorio y practican la magia como su fuente de ingreso primaria. A la gente que hace esto se la suele llamar como magos principiantes. Esto es en parte para diferenciarlos de los magos auténticamente profesionales quienes practican la magia como un negocio y se mantienen haciendo eso.
Mientras tanto, un mago profesional es alguien que tiene un poco más de conocimiento y talento comparado a un mago amateur. Estos magos profesionales saben suficiente magia como para usarla como fuente principal de ingresos, aunque no utilizando la magia para asistirlos en otro negocio que no sea la magia.
Entonces técnicamente, incluso si un peluquero realiza su trabajo utilizando la magia, sin importar cuantos trucos él o ella sepan y sean capaces de hacer, ese peluquero aún no será considerado como un mago profesional porque su principal negocio es cortar el pelo y no necesariamente ser un mago.
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