Muchos comienzan una búsqueda espiritual desde el ego. Un nuevo programa. Esto genera esfuerzo, pre-conceptos, trabajo y sagacidad. Las terapias de moda pasan como las marcas comerciales. Y uno se sube en lo que considera mejor. Y por supuesto lo más rápido y fácil para llegar a un estado de “no sé”, pero no importa.

Creemos estar alineados a nuestro propósito interno pero la realidad es que estamos nuevamente en el juego del ego.

El ego espiritual es muy dual. Por un lado puedo tener todos las desprogramaciones, pero considerarme un ser tan especial, tan único, con un ego que supera toda mi desprogramación.

Todo está en uno, la finalidad es complicar lo simple.

Con nuestra base de creencias y manipulación educativa, nos resulta difícil observar lo simple, ya que nos gustan las cosas complicadas para demostrar y demostrarnos lo agudos que somos en la resolución.

Permitirse el sentir desde la conexión con el ser, y no la racionalización del sentir a través o por medio del intelecto.
Entonces los gurúes, maestros son medios, para un salto de conciencia. Un salto interior y luego, uno es el nadador, con sus tiempos, cada proceso es propio, no hay tiempos, no hay reglas, no hay nada, sólo hay que dejar fluir y se llega cuando se llega a lo que es. A lo que soy.

El camino de retorno es único, personal e intransferible. Para disfrutarlo, sin prisas, el tiempo del no tiempo. Qué es el tiempo… una suma de momentos que se viven en el aquí y ahora.

La transformación comienza en observar que la vida es sólo tuya, dejando de lado las creencias, los programas, lo que me contaron, lo que me dijeron, lo que creo que es, lo que creo que ha sido.

Hay que observar que el ego no interfiera, haciéndote creer que sólo no puedes, que bueno, este maestro tiene un método, es un iluminado, etc, etc. Todos somos maestros, no hay nada que aprender, debemos des-aprender, el método es el anti-método. Pero cada uno es uno y desde uno tiene la elección de pararse ante el ego ,seguir, avanzar..
El ser está siempre y no tiene prisas ni complicaciones, es la simpleza y siempre espera, porque es quietud.

Todo forma un todo de resonancia, libertad de estar y sentir paz.
El mejor gurú es su ser interior. Él es su maestro supremo. Sólo él puede llevarlo a la meta y sólo él le recibe al final del camino. Confie en él y no necesitará ningún gurú externo. Pero, de nuevo, debe tener un fuerte deseo de hallarlo y no hacer nada que cree obstáculos o retrasos.

Sri Nisargadatta Maharaj