Miedo a hablar en publico, miedo a la muerte, miedo a las arañas. Todos miedos muy comunes entre los seres humanos. Y todos superables. Esto es lo mismo que sucede con el miedo al que nos vamos a dedicar en este curso, que es el miedo a volar.

Es curioso que muchísima gente siente este temor, y a la hora de plantearse un viaje trata de esquivar el avión tanto como le sea posible. Por supuesto, hay determinados viajes que es casi inevitable que sean hechos en avión.

¿Cuánto tardaríamos en llegar al otro extremo del mundo en barco? Y ni hablar si decidimos ir en auto o micro (cuando esto es posible. Después de todo, todavía no se ha inventado el auto que pueda viajar bajo el océano).

Al principio del párrafo anterior decíamos que esto es curioso. ¿Por qué decimos esto? Por que estadísticamente esta totalmente probado que viajar en avión es una de las formas más segura de hacerlo. Mucho menos peligroso que hacerlo en auto o micro.

Si miramos las estadísticas podemos darnos cuenta con mucha facilidad de que hay muchísimas más muertes relacionadas con accidentes de autos que las que se relacionan con accidentes en aviones.

Pero, por una serie de motivos (que no son demasiado difíciles de imaginar y que comentaremos un poco más adelante) la mayor parte de la gente piensa que es justamente al revés, que es mucho más riesgoso tomarse un avión que salir a la ruta sobre cuatro ruedas.

Hay una serie de motivos que podemos comentar rápidamente para que esto sea así. El primero es que estar en el aire resulta a los seres humanos algo totalmente antinatural. Los seres humanos no han sido hechos para volar (para utilizar una frase que ha sido usado al menos un millón de veces antes) y esto lo sienten.

Y más aun lo sienten cuando lo están haciendo (como es la única forma en que pueden hacerlo) en un aparato más pesado que el aire (¿cuan antinatural es eso?). Entonces, es lógico que se sientan bastante fuera de lugar y lleno de temor cuando están en este tipo de situación.

Es como respirar abajo del agua. El ser humano esta acostumbrado a tener los pies sobre la tierra, no a estar encerrado en un receptáculo de metal y plástico, a varios cientos de metro sobre el nivel del mar.

Otro motivo muy claro por el cual la gente (poco informada) piensa que viajar en avión es una situación que implica muchos más riesgos de los que realmente tiene es la magnitud habitual que tienen los accidentes aéreos, más la publicidad que reciben.  

Pensemos un poco, revisemos nuestra memoria, y veremos que probablemente solo podemos acordarnos de un par de accidentes aéreos en el último año (sin contar algunos muy menores, de aviones que no hayan podido despegar por algún problema técnico). Y eso en todo el mundo, probablemente.

Ahora, abramos el diario de hoy, ayer o de cualquier día. ¿Cuántos accidentes de autos en las autopistas o calles de nuestra ciudad podemos encontrar? ¿Y cuantos en una semana? Podemos darnos cuenta rápidamente de que la diferencia entre el número de accidentes aéreos y el de vehículos en tierra es muy diferente.

Entonces, ¿a qué se debe la idea opuesta? Es que cuando se produce un accidente aéreo, por una cuestión de capacidad y de situación (es más complicado sobrevivir a la caída de un avión que a un choque) genera que las muertes sean muchísimas más que las que se producen en una colisión en una autopista entre dos autos.

Además, también reciben, por supuesto, mucho más publicidad de lo que reciben habitualmente los accidentes en el piso. Entonces, las personas suelen pensar que hay mucho más riesgo de morir, cuando en realidad hay muchas más muertes en los métodos más comunes de viajar.

La seguridad aérea esta mucho más controlada en el aire que en cualquier otro lugar, no hay trafico descontrolado y no hay riesgo de colisión (salvo en circunstancias muy especiales, prácticamente imposibles).

Finalmente, hay un último y más nuevo factor a considerar.