Dios cuando creo al hombre, lo doto con una sabiduría especial, con dones, talentos, habilidades, capacidades, y también le dio la oportunidad de decidir en su propia vida.
Sin embargo, esto no lo capacitaba, para pretender posicionarse y llegar a desarrollarse por encima de su creador, y aunque Dios lo creo para que tomase sus propias decisiones, también fijo en el parámetros, que le permitirían tener cierto grado de dependencia del Creador.
Y a pesar de que el hombre ha deseado, desprenderse de esa realidad, no por ello significa que podemos dejar de necesitar de Dios cuando queramos, ni de que podemos resolver las cosas con el cuando la deseamos hacer así de ese modo.
Dios nos creo con autoridad y dominio sobre todo lo creado, pero bajo la autoridad y el dominio de nuestro creador, es por eso que aunque el hombre ha intentado por siglos, cubrir sus propias necesidades sin la ayuda de Dios, nunca la logra satisfacer, y mas bien esta situación, les hace tomar mecanismos de defensa y de autocontrol, que lejos de ayudarlo a lograr sus objetivos, lo hunden en la frustración, y en el desencadenamiento de sentimientos y emociones, que ni el mismo logra poder controlar, es así como la humanidad esta hundida en el pecado, por que si definimos Pecado, de acuerdo al tema que estamos estudiando, podríamos llegar a la conclusión , de que Pecado es “Todas aquellas acciones y maneras que usa el hombre para llenar sus necesidades a su forma sin tomar en cuenta a Dios” y cuando hablamos de las consecuencias del Pecado, nos referimos, a “las consecuencias de querer llenar nuestras necesidades a nuestras formas, sin tomar en cuenta a Dios”
Dios no nos creo, para vivir aislados de el, ni huyendo de el, ni negándole a el, nos creo para vivir en comunión y en unidad, y en dependencia de el. Cuando nos salimos de ese orden establecido por Dios, nos enrumbamos a un mundo incierto, sin esperanza, sin dirección, y sin propósito, por ello es que la humanidad necesita de Dios, si realmente, quiere ser feliz.
Aun nosotros los cristianos, si queremos ser felices debemos vivir una vida dependiente de Dios, de no ser así, seremos simplemente cristianos de nombre, pero nuestras vidas serán tan frustradas como los que quieren caminar sin Dios como prioridad en sus vidas.
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