Nuestros hijos, a parte de ser unas inocentes criaturas de Dios, son las personas más espontáneas que existen sobre la faz de la tierra, y sin duda alguna, cuando ellos están en peligro, nosotros podemos preverlo, si tan solo le ponemos mas cuidado a lo que ellos nos revelan en silencio.
Cuando los niños están cerca de otras personas, ellos tienen reacciones muy distintas, ante cada una de ellas, dependiendo del tipo de acercamiento que tengan con esas mismas personas.
Es vital, que estudiemos sus comportamientos cuando están con cada una de ellas, y esto podría revelarnos algunas verdades, si los miramos con una óptica mas adecuada, la cual sería, la prevención de que no estén siendo incitados a caer en el abuso sexual.
Todos los adultos tienen maneras distintas de interactuar con los niños, y todos le producen sensaciones, y sentimientos distintos a ellos, veamos algunos ejemplos:
Los niños pueden sentir por algunos adultos:
- Rabia, molestia y odio,
- Mucho temor, y desconfianza,
- Emoción, y deseo de estar con esa persona,
- Desinterés,
- Inspiración, etc.
Si estudiamos como se comportan nuestros niños con los adultos, podríamos inferir muchas cosas, y sacar ciertas hipótesis, para comprobar si estamos en lo cierto, es bueno sentarse con sus hijos y preguntarles algunas cosas.
¿Cómo te sientes con tal persona? ¿Por qué?
¿Te gusta estar con tal persona? ¿Por qué?
¿Tienes miedo a alguien? ¿Por qué?
¿Qué te atrae de esta persona?
¿Le tienes rabia a tal persona? ¿Por qué?
¿Te gusta demasiado estar con tal persona? ¿Por qué?
Aunque estas preguntas pareciesen inocentes, la respuesta del niño puede ponerlo a uno en alerta. Pregúntele siempre a su hijo como se siente con las demás personas, no importa quien sea, si es familiar, amigo, maestro, vecino, no importa, siempre pregúntele como lo hacen sentir, y enséñelo a tener confianza en usted.
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