El lenguaje, que se emplea en una emisora radial, debe ser un vocabulario, que genere confianza, credibilidad, profesionalismo, y ética profesional.
Hay personas, que confunden el lenguaje popular, con el lenguaje vulgar o corriente, que muchas veces genera polémicas, mas que aceptación.
Lo importante no es hablar el lenguaje del pueblo, sino transmitir la información, adaptándose al nivel de la audiencia, y ambos casos no significan lo mismo.
Es posible que la audiencia sea una determinada población, con poca formación académica, pero esto no indica, que el programa debe ser transmitido con un lenguaje callejero, al contrario todo programa radial, debe presentar un carácter de trabajo ético-profesional, y debe tomar en cuenta, de que esta programación, puede ser escuchada por personas, de diversos niveles intelectuales, y lo que para un determinado sector, puede ser unos parámetros totalmente aceptados, para otros puede ser una total falta de ética profesional, el uso de un lenguaje grotesco en el programa.
Es precisamente este, uno de los detalles que hacen que un programa decline y pierda audiencia.
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