¿Es usted de esas personas que decidió ahora sí ser ordenado y no ha podido?, ¿es de los que todos los días decide que mañana si va a hacer deporte para notar al otro día que no lo hizo?, ¿Será usted de las personas que se propone cosas, y por más que lo haga, nunca logra hacer eso que se propuso?
Si este es su caso, vive usted una clara falta de carácter. La falta de firmeza, de voluntad, de disciplina es lo que termina haciendo que existan muchos ideales y sueños que se han marchitado.
“Yo intento, e intento, e intento, pero no puedo” En mi concepto cada vez que alguien dice eso, aun no ha hecho lo suficiente. La vida está colmada de pequeñas luchas diarias y de cuando en vez, de luchas grandes que exigen de cada uno, lo mejor de nosotros mismos. Sin embargo, la otra cara de la historia de la humanidad está escrita sobre personas que abandonaron y se retiraron.
Hay millones de historias de frustraciones de personas que se dieron por vencidas, sufren en silencio. Tal vez usted tiene en su historial personal cosas que empezó y nunca terminó, pero eso no significa que tenga que duplicar su pasado. El ayer no puede volver preso al presente y mucho menos asfixiar el futuro.
Si usted tiene un propósito personal, es decir, si tiene unas bases sólidas sobre las cuales cimienta su existencia ha dado un paso sustancial para vencer esta limitación que lo invita a no hacer, a no moverse. Si aun no ha definido su norte, está en mora. Pónganse en marcha.
Sin embargo por el hecho de que sepa lo que quiere, ya por eso las cosas no se le van a dar. Debe moverse y hacer realidad en el diario vivir eso que usted desea. No importa si es ser más ordenado, ser un mejor estudiante, o generar su propia empresa, o lograr aprender un nuevo idioma.
Necesita carácter resultado de la disciplina para sobreponerse a los temores, a los malos hábitos, a los instintos. Se necesita de la disciplina para no quedarse unos minutos más en la cama. La disciplina resulta fundamental para enfrentarse a los momentos difíciles y para mantenerse en el camino, cuando todo nos invita a abandonar.
Albert E. Gray, quien realizó un estudio a personas exitosas tratando de encontrar un elemento en común a todos ellos, halló como común denominador a la disciplina. Gray dice, “Todas las personas con éxito tiene el hábito de hacer las cosas que a los fracasados no les gusta hacer. A ellos tampoco les gusta hacerlas. Pero su disgusto se ve subordinado a la fortaleza de sus propósitos”
Lea la última frase. Notará según el estudio que a las personas exitosas están con la disposición de hacer aquellas cosas que a veces no les agrada hacer. La razón básica es porque saben a la larga, que eso les va a traer un beneficio mayor. ¿Será que a la persona que sale a diario a hacer deportes en la mañana temprano le gusta madrugar todos los días?, créame, no es así. Sin embargo, tienen un propósito que aman tanto y saben lo que ese propósito les traerá, que hacen lo que en ese momento les desagrada.
¿Acaso a un empresario que está en sus inicios le agradará siempre encontrarse con clientes difíciles, sortear las situaciones variables del mercado e incluso trabajar mientras otros descansan? NO lo creo, a pesar de ello, “subordina su disgusto a la fortaleza de sus propósitos”.
Callar las voces que nos invitan a dejar así las cosas, a dejarlas para más tarde o mañana, esas voces que nos invitan a no hacer, requiere de una fuerza de propósito, que nos permite decir desde dentro con una fuerza excepcional ¡yo sigo! Es el poder de ser consecuentes, de respetar nuestro norte y cumplirlo en el cotidiano vivir de cada uno.
Emerson dijo, “Lo que persistimos en realizar se vuelve más fácil de hacer, no es que cambie la naturaleza de la tarea, sino que aumenta la propia capacidad para llevarla a cabo”. Ser dueño de sí mismo, autodisciplinarse no es precisamente fácil, pues existe una batalla campal interna entre aquello que sabemos debemos hacer y cómo nos sentimos en el momento al respecto.
Como seres emocionales e instintivos que somos, terminamos rindiéndonos fácilmente ante aquellas cosas que nos ofrecen placer y gratificación en el momento. Muy bien lo define Robert J. Ringer, “La alternativa es pagar el precio en el corto plazo de la incomodidad inmediata, a cambio de disfrutar mayores recompensas a largo plazo. Vale la pena repetirlo: Siempre tenemos una oportunidad de Elegir”
La gran mayoría de las personas tienen idea de cómo lograr lo que desean en la vida, a pesar de ello quienes triunfan son las que se disciplinan a sí mismas, mientras que las personas que fracasan permiten que sus emociones los dirijan, cero disciplina, cero carácter.
Pero no se preocupe. La disciplina como todos los hábitos del ser humano se puede aprender. Se requiere que:
☺ Tenga un propósito
☺ Visualice los beneficios que le traerá el cumplimiento de ese propósito y,
☺ Ser persistente, una persistencia, una perseverancia feroz .
Recuerde lo que dijo David Seabury, “El Héroe no es impulsivo, se prepara”. Y muchísimo cuidado con las “canitas al aire”, con aquella frase que dice, “una vez al año, no hace daño”, cuidado con las excepciones. Pues sin notarlo las “excepciones” se le convertirán en norma de vida.
Recuerde aquella vez que dijo por primera vez que ese día no se iba a levantar temprano y desde entonces, no lo ha dejado de hacer, y de eso hace ya varios años. Con las “excepciones”, esos “de vez en cuando” hay que ser inflexibles.
Elaine Maxwell lo expresó soberbiamente, “Que Fracase o tenga Éxito, No será Obra de Nadie Más que Mía” Es su elección. Cada quien tiene la vida que se merece, pues cada quien vive con la consecuencia de sus decisiones. Si usted se deja llevar por la pereza, si los programas de televisión gobiernan su vida, si un cigarrillo es más fuerte que usted, si el temor al que dirán o el temor al fracaso lo condicionan, ábrale las puertas a la desilusión, y sino lo hace, no se preocupe porque el fracaso irrumpirá en su vida y para nada le servirán las justificaciones absurdas como aquella que dice que por más que lo intenta no puede hacer lo que se propone.
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