Una variante de las respuestas humorísticas son las bromas. En realidad, no son una variante, pero son una forma de llevar un poco de buen humor de vez en cuando. Todos tenemos un amigo que cuenta chistes en fiestas y cosas así y sabemos como puede hacer que el momento más aburrido se convierta en un festival de diversión. Esto es algo a tener en cuenta.
Lo que podemos hacer es aprender al menos una broma por semana, un chiste de esos que requieren de que contemos una “historia” (que preparemos el ambiente) y luego terminemos con un remate. Estos pueden ser muy efectivos, cuando están bien contados, para lo cual se necesita un poco de practica.
Podemos encontrar montones de chistes en Internet o nuestros amigos seguro saben muchos. Algunos son buenos, otros no tanto, pero bien contados todos pueden sacar una sonrisa.
Si aprendemos un chiste por semana y lo repartimos, lo contamos, haremos que todos se sientan un poco mejor.
Igual, recordemos que los chistes son solo una parte del humor y que esta en nosotros realmente ser graciosos o no. Y que es mejor el crear nuestros propios momentos humorísticos que recurrir siempre a los chistes de suegras y cosas por el estilo.
Como también hemos dichos varias veces a lo largo de los capítulos, la risa es altamente contagiosa. Es probablemente lo único que es contagioso y que nos resulta benéfico a la vez.
Si tenemos problemas para reírnos en soledad, lo mejor que podemos hacer es llamar a alguno de nuestros amigos o de las personas con las que más disfrutemos de pasar un buen rato. Cuando estamos en un grupo, no solo se multiplican las posibilidades de que alguien diga algo humorístico, sino que cuando alguien empieza a reír más fácil se le hará a los demás seguirlo. Es una forma de romper el hielo. Una vez que alguien da el puntapié inicial, el resto de las personas lo seguirá. Es una forma de retroalimentación que hace que cada vez riamos más y con mayor fuerza.
Siempre hay un grupo en particular de gente que tiene mayor facilidad para hacernos reír. Cuando estamos necesitando de pasar un momento humorístico, lo mejor que podemos hacer es llamarlos. El contagio de la risa es la mejor arma que tenemos para ser capaces de reír.
Así como podemos reírnos de cualquier cosa o situación que se nos presenta, también hay ciertas lecturas o imágenes que favorecen esto, que apuntan directamente a nuestro sentido del humor, que son particularmente efectivas para nosotros, aunque no lo sean para los demás.
Siguiendo la misma lógica que marcábamos cuando hablábamos del ambiente y de hacerlo más humorístico utilizando posters o recortes de revistas, también es una buena idea el coleccionar, de forma activa y consciente, recortes o capítulos e imágenes que nos causen gracia.
Una pequeña carpeta con todo ordenado y archivado puede ser el lugar al que acudir cuando nos estamos sintiendo mal o ligeramente deprimidos. También podemos seguir una especie de diario en el que incluimos todos aquellos eventos que nos parecen humorísticos y que nos han ocurrido durante el día o la semana; además de aquellas frases o comentarios que hicieron que estallásemos en carcajadas. Créanme que cuando lo miremos más adelante, en algún mal momento, no podremos contener las risitas.
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