Mecanismos de humor
La risa es una reacción emocional a ciertos hechos, muchas veces basada en lo social, en la forma en que un determinado suceso puede ser visto u entendido en el contexto en que la persona desarrolla sus actividades. Esto quiere decir que, si bien hay todo un lenguaje del humor que es prácticamente universal, también hay otra parte importante que modifica sus reacciones dependiendo de la sociedad en que estemos.
Básicamente, la risa puede responder al humor o a la felicidad o a los nervios. Pero la que nos interesa es aquella que aparece ante una circunstancia que nos causa gracia.
La forma de humor más básica que existe, probablemente, es aquella que incluye lo físico, las caídas, los golpes, los accidentes. Por algún motivo, este tipo de humor suele tener gran repercusión entre las personas, que aparentemente disfrutan de ver otra persona pasando por una experiencia de este tipo. Pero, en realidad, suele ser una reacción que se relaciona más con otro tipo de mecanismo: la sorpresa.
La sorpresa es la principal razón detrás de la mayor parte de las risas espontaneas. Lo que nos lleva a reírnos es un suceso que acontece de forma inesperada, en un momento en que ciertamente lo esperable es otra cosa. Para que sea realmente efectivo, tiene que haber una predisposición lógica que apunte a que pase otra cosa. Si la persona que recibe el estimulo no esta esperando un acontecimiento en particular, la sustitución de este por otro (generalmente ridículo y totalmente fuera de contexto) no causara el mismo efecto. Por supuesto, esto depende de reglas que son dictadas desde lo social, y difiere en el espacio y en el tiempo, aunque algunas se mantienen.
Para que esto sea más claro, veamos un ejemplo bastante clásico. Supongamos que estamos viendo una comedia. Es muy probable que esto suceda sobre el final. Después de una serie de eventos, cada vez más complicados y de dificultad creciente, la pareja protagonista finalmente se encuentra. Están enamorados. Supongamos que están en una playa y corren a abrazarse, brazos abiertos, cabellos al viento y el sol poniéndose en el horizonte. Estos son todos los ingredientes que esperamos en un final romántico de ese tipo. La cámara pasa de uno a otro, mientras, riéndose, corren a encontrarse. ¿Qué es lo que esperamos todos, a que estamos predispuestos? A que se junten en un abrazo y termine la película. Ahora bien, ¿que sucede si, por ejemplo, en medio de la carrera y cuando están por encontrarse, uno de los dos se cae a un pozo excavado en la arena? ¿Y si siguen de largo, sin juntarse nunca? O cualquier otro evento por el estilo.
Si la escena esta bien llevada, esto causara una carcajada. ¿Por qué? Bien, exactamente por la sorpresa que causa, por lo fuera de lugar que esta que pase eso cuando, en realidad, todo apunta a que debería pasar algo totalmente distinto. Hay una rotura de las reglas del genero que causa el shock que hace que nos riamos.
Pero también hay una predisposición de la audiencia a reírse. Si esto mismo sucediese en una película romántica, que se ha venido desarrollando con total seriedad (“normalidad”) hasta ese momento, entonces no causara gracia, sino que generara indignación. El cambio de genero es muy difícil de hacer, casi imposible, sin generar molestia en la audiencia.
Esto, es en forma muy simple, la forma en que trabaja la sorpresa en el humor y como genera la risa. Es un mecanismo que, en realidad, puede aplicarse por sobre todos los otros, ya que siempre tiene algún nivel de injerencia en la reacción de la persona frente a lo que sucede.
Otro mecanismo muy básico del humor, que es, a la vez, el primero al que se acude (los primeros chistes que hacen los chicos suelen ser de este tipo) y una forma de humor que se mantiene, se refina, con el paso de los años y puede llegar a dar muy buenos resultados siempre, es el de la confusión.
Como forma más simple, tiene el de la confusión de un significado de una palabra con otro posible significado. Esto se puede ver en la televisión constantemente. La doble utilización del lenguaje verbal, ya sea de forma refinada o simple, es uno de los principales recursos que usan tanto humoristas como comediantes. Y es también el motor de muchos chistes clásicos, desde los de Jaimito hasta otros mucho más elaborados. La confusión también se puede presentar en el lenguaje corporal y todas las comedias de las denominadas “de enredos” también usan el error en las relaciones entre sus personajes y de estos con el mundo, como el motor de sus argumentos.
Nótese que también en este mecanismo hay una importante dosis de sorpresa, ya que la reacción aparece porque la persona presenciando o escuchando espera que la palabra signifique algo y en realidad significa otra cosa.
Igualmente, no hay que malentender y pensar que estos son los únicos mecanismos que tiene el humor para hacer reír. Hay muchísimos más (pensemos en el absurdo, más basado en la extrañeza y en la identificación que en la confusión o la sorpresa) y encontrar nuevos mecanismos, crear mecanismos propios, es la forma en que es más fácil asegurarse las risas. Pero es un repaso que permite entender como funciona el humor desde la intención de hacer reír.
Ahora ya podemos meternos con mayor profundidad en la parte que más nos interesa: como el humor puede ayudar a nuestra salud.
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