En sánscrito significa acción, se le dice La Ley Cósmica de Causa y Efecto.
Es la ley cósmica de retribución, es el conjunto de energías potenciales que radican en lo más profundo de nuestra alma en esta vida y se manifiestan en el futuro.
En vidas anteriores realizamos muchas acciones que nos apartaron de la línea de nuestro propio destino y generamos conductas, que más allá de su calificación moral o ética produjeron experiencias carentes significación real para nuestro crecimiento interior.
Cuando nos apartamos de la línea de nuestro destino, vivimos experiencias que no nos pertenecen y nuestra historia personal se impregna de símbolos mnemónicos vacíos de contenido anímico.
Por el contrario, cuando rectificamos nuestros pasos en la VIDA y nos armonizamos con los profundos añelos de nuestra ALMA todo vuelve a tener significado para nosotros.
Todo, inclusive nuestros fracasos mas Pasajeros, pasajeros tienen su razón de ser.
Con la numerología kármica estaremos evaluando un punto matemático de un gran camino que el alma individual viene transitando desde tiempos inmemoriales
A partir de esa nueva realidad, nuestra historia personal adquiere hondo sentido, y esto tiene que ver con la revalorización del SER INTERIOR profundo que comienza a encontrar nuevamente su espacio y su expresión particular en la edificación del DESTINO.
En nuestro mundo interno existen dos fuerzas antagónicas en permanente confrontación.
Una es la fuerza del alma, que persiste en que se concrete el destino.
Otra es la fuerza obsesiva de nuestros hábitos y apegos que nos apartaron del camino.
El objetivo del ALMA es la propia FELICIDAD, por que el ALMA es la felicidad misma que se encuentra en la plenitud del SER.
Rabí Moshé ben Maimón (1135-1204), el genial filósofo judío español nacido en Córdoba, médico.
Basado en sus impresionantes conocimientos de la Torá, explica en su introducción del Tratado de Pirkei Avot de la Mischná.
Cómo las enfermedades “del cuerpo” que padecemos poseen su raíz espiritual en el alma y de igual modo, como acostumbrando al cuerpo a una vida correcta podemos superar las “enfermedades del alma” que nos aquejan.
En vidas anteriores realizamos muchas acciones que nos apartaron de la línea de nuestro propio destino y generamos conductas, que más allá de su calificación moral o ética produjeron experiencias carentes significación real para nuestro crecimiento interior.
Cuando nos apartamos de la línea de nuestro destino, vivimos experiencias que no nos pertenecen y nuestra historia personal se impregna de símbolos mnemónicos vacíos de contenido anímico. Por el contrario, cuando rectificamos nuestros pasos en la vida y nos armonizamos con los profundos añelos de nuestra alma, todo vuelve a tener significado para nosotros
Cada retorno es, por lo tanto, una nueva oportunidad que la LEY nos concede para que ajustemos nuestras cuentas con la Justicia Kármica, que opera en la esfera de cada conciencia individual.
La Ley del Karma, por ser la propia Ley de Dios en acción, se fundamenta en los misterios del AMOR, por lo cual no busca el castigo por errores cometidos en el pasado sino que, por el contrario busca siempre ayudar en el crecimiento espiritual de cada uno.
Cada nuevo retorno debe entenderse como una nueva oportunidad ante la Ley y no como un castigo.
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