Según el principio de correspondencia, toda manifestación física natural guarda relación con un estado no físico del ser.
El fundamento del “principio de correspondencia” es que el cuerpo humano tiene tres formas esenciales en las que se agrupan las células. Estas formas se relacionan con nuestras energías personales según el siguiente esquema:
• Tejido duro: Cuerpo Espiritual
• Tejido blando: Cuerpo Mental
• Líquidos: Cuerpo Emocional
El Método TSH entronca este principio de correspondencia con el entramado energético del ser humano a través de las energías tradicionales del yin y del yan.
Así, cada uno de los lados del cuerpo, izquierdo y derecho, representa uno de los dos hemisferios del cerebro, y gobierna funcionalidades muy dispares.
- El lado derecho del cuerpo se corresponde con
• Energía yan (autoritaria, lógica, racional)
• Futuro
• Lado izquierdo del cerebro
• Naturaleza masculina (intelectual, agresiva, afirmativa)
- Y el lado izquierdo del cuerpo, se corresponde con
• Energía yin (abstracta, creativa)
• Pasado
• Lado derecho del cerebro
• Naturaleza femenina (creativa, artística)
Aplicando el principio de correspondencia, se deduce que los desequilibrios del cuerpo físico tienen su origen en desequilibrios energéticos, y son por tanto susceptibles de ser analizados y tratados identificando las causas que motivaron la aparición de éstos últimos.
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