Un señor de 65 años muy pobre y con un empleo que a penas le daba para comer estaba acostado en su casa muy preocupado. Pensaba que ya era grande y no tenía dinero para vivir con seguridad el resto de su vida.
Si una enfermedad grave le venía no tendría para su curación o para su hospitalización. Además vivía sólo. Todos los días despertaba con el temor de que si un día se enfermaba o sucedía algo no sabría como superarlo. Era pobre, grande y vivía sólo. Pero un día se fue al monte a meditar sobre su vida, a buscar tranquilidad, y mientras caminaba se encontró un cofre sucio y viejo. Se acercó y lo abrió. Quedó sorprendido al ver el cofre lleno de lingotes de oro que valían muchísimo dinero. Desde ese momento su vida cambió. Tomó disimuladamente el cofre y lo llevó a su casa, como tenía miedo de que se lo roben lo enterró en el patio. Al día siguiente, unos ladrones entraron y se robaron el cofre, pero el jamás lo supo. El ya no tenía todo ese oro pero CREIA que sí y su estado de humor cambió, todos los días amanecía feliz, tranquilo, seguro, se sentía dichoso de haber obtenido tanto oro sin ningún esfuerzo, aunque ya se lo habían robado. Caminaba por las calles con la cara en alto sintiéndose poderoso. Ya no tenía temor a enfermarse ni a nada, CREÍA que mucho oro lo respaldaba. 20 años después el murió y nunca supo que ese cofre se lo robaron.
El vivó sus 20 años restantes muy feliz, seguro y contento, porque CREÍA tener mucho oro que lo respaldaba. Pero, ¿realmente tenía ese oro? No, no lo tenía. Que importa si lo tenía o no, el CREYÓ siempre que lo tuvo y gracias a esa creencia el vivió el resto de su vida feliz.
El señor creyó que tenía mucho oro que le daba seguridad y vivió seguro. Creía que era rico y tuvo sentimientos de rico
Cree que eres exitoso y vivirás como exitoso
Cree que vales mucho y vivirás con alto valor
Nuevamente, recuerda. Lo que crees tiene poder
Tienes que creer cosas positivas para ser más feliz
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