Otro factor determinante en cuanto a la presencia del miedo escénico es la forma como manejamos nuestra apariencia física.
La mayor parte de las personas usamos más a menudo el sentido visual, que el auditivo, y juzgamos más por lo que vemos que por lo que oímos es por ello que comúnmente como nos vemos determinara cuanto nos acepten.
Cuidar nuestra apariencia personal, no solamente implica adaptarnos a las exigencias de los demás en cuanto a como debemos de lucir, sino que también en la forma como nos veamos a nosotros mismos, nos estimularán más a atemorizarnos o a sentirnos más seguros de nosotros mismos.
Cuando sabemos que estamos mal vestidos, mal oliente, mal peinados, sucios, o con una ropa fuera de lo común, automáticamente, cuando empezamos a hablar con alguien, nuestra mente se distrae y divaga en pensar qué cosas deben estar criticando acerca de nosotros, por el contrario, cuando nos sentimos limpios, bien vestidos, con buen olor, bien peinados, y bien presentables, cuando estamos hablando con otros, el como nos vemos, pasa a segundo plano porque sabemos, que no tenemos nada de que preocuparnos, cuando las otras miradas se detengan y se fijen en nosotros.
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