De vuelta a la escuela: cómo ayudar a nuestros hijos a volver al estudio

Terminaron las vacaciones... y aumentan las responsabilidades. Un cambio brusco, sobre todo para los chicos. Por eso, debemos preparar en casa un clima de transición propicio para la concentración y atención que el estudio requiere

Nunca podremos insistir bastante en lo beneficiosa que resulta la planificación dentro del hogar. Hoy vamos a proponer algo diferente para que la actividad escolar de nuestros niños sea eficiente y placentera.

Organizar adecuadamente ciertos factores y elementos dentro del hogar propiciará ese "clima especial" en el cual el estudio se desarrollará con mayor facilidad. Para que este sistema sea realmente eficaz debe planificarse antes de que los niños comiencen a asistir a la escuela y ponerse en práctica a partir del primer día de clase. 

Presentar el tema escolaridad y estudios como algo trascendente y muy gratificante, sin esgrimir jamás frases como las de antaño: “¡Ya verás cuando vayas a la escuela!”, que hacen que los chicos enfrenten el estudio como una carga difícil de sobrellevar. 

• Buscar en la casa o departamento un lugar lo mas aislado posible, alejado de la entrada, de tos llamados telefónicos y del paso de los demás integrantes de la familia. Ubicar allí la mesa, escritorio o pupitre donde se desarrollará la labor escolar. 

• Establecer horarios de estudio acordes con la edad y necesidades de los niños o jóvenes y procurar que en ese horario exista una quietud y silencio propicios para la concentración. Si la vivienda es reducida, esto significará pequeños sacrificios: privarnos de encender el televisor, de charlar con familiares o vecinos, de escuchar radio… pero el fin, en este caso, justifica los medios.  

No distraer la atención que requieren sus tareas, redundará en una mayor comprensión y rapidez para resolver las dificultades que se les presenten.

• En el caso de que no puedan resolverlas por sí mismos, brindarles nuestra ayuda, explicándoles aquello que no entiendan, lo que no debe significar una intervención permanente o exagerada.  

Apoyo y vigilancia es la clave. El apoyo, principalmente en niños de grados inferiores, será necesario, ya que la adquisición de responsabilidades e independencia se produce lenta y paulatinamente.  

Y la vigilancia contribuirá a que se cumplan fielmente las directivas de los docentes hasta que elaboren un método de estudio propio, de acuerdo a sus necesidades.

• Tratar a los maestros con absoluto respeto. Mantener su imagen de autoridad, fomentar la obediencia, la participación activa y la investigación e interesarse diariamente por lo realizado en la escuela mostrará a los niños el grade de importancia que tiene su actividad escolar. 

Cuidando los detalles 

Tener en cuenta pequeñas cosas, aparentemente sin importancia, influirá en el mejor desarrollo de las tareas escolares: 

• Proporcionarles una buena iluminación en su lugar de trabajo.

• Cuidar que adopten posturas correctas. Trabajar en posiciones forzadas o demasiado encorvados sobre el pupitre produce un cansancio excesivo, con el riesgo de probables deformaciones si se convierten en costumbre no corregida.

•  Incentivar la prolijidad. exigiendo que mantengan en orden útiles y libros.

• No permitir que desparramen sus útiles escolares por toda la casa. Tenerlos guardados y administrarlos de acuerdo a las necesidades evitará salidas continuas hasta la librería, y además permitirá comprarlos al por mayor con notables diferencias de precio.

• Comentar en familia los temas tratados en la escuela. El aportar datos y opiniones hará que estos adquieran actualidad y mayor interés y, al mismo tiempo, permitirán una unidad de criterios con los docentes, de quienes debemos ser !os principales y primeros colaboradores.

Dotar a nuestro hogar de este "clima de comienzo de clases” y prolongarlo hasta el fin de las mismas, donde la temperatura sea la de una natural disciplina, rodeada de todos los factores que aunados faciliten la concentración, atención y cuidado de las tareas y estudios de nuestros hijos, permitirá que ellos logren un saldo positivo del año escolar.  

Mirar un cuaderno, firmar el boletín, asistir a una fiesta escolar, representan solo una mínima parte para lograr ese clima ideal. 

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