Los cambios en la estructura de la
familia moderna hace que sean cada vez más frecuentes las parejas que tienen
hijos propios y de matrimonios anteriores, con quienes conviven a tiempo
completo o parcial.
Llegado el momento de compartir un
hogar, se presentan una variada gama de inconvenientes, entre ellos el habitual
“mis hijos vienen dos días a la semana, ¿dónde los meto?”.
Lo importante es que en la vivienda
exista la posibilidad de brindar a cada uno un espacio propio por pequeño que
fuere, adaptándose al mismo tiempo a las diversas situaciones particulares que
puedan presentarse.
Los hijos de los primeros matrimonios
tienen, por lo general, bastante diferencia de edad con los chicos de la nueva
familia. Lo ideal es destinarles un lugar independiente: por ejemplo
construyendo o reciclando un desván o un quincho separado del resto de la casa.
Muchas casas y PH, sobre todo las más
antiguas tienen espacio en las terrazas que pueden servir de habitación
alternativa, si no como dormitorio al menos como salón multiuso para las
actividades que necesitan aislamiento (como el estudio) o mayor privacidad para
no generar conflictos (como tocar música, no sean mal pensados).
Opciones para sortear el problema del espacio
escaso
* Habitaciones camarote: Son
dormitorios de 2 por 3 metros que permiten que todos los hijos tengan, como
mínimo, un lugar íntimo para dormir y guardar la ropa. Obliga a integrar este
ambiente al resto de la casa cuando los hijos no están por varios días.
*Paredes corredizas, en reemplazo de
una pared. La puerta puede tener dos hojas de 70 centímetros cada una: al
abrirse por completo, van embutidas en la pared y el dormitorio quedará
integrado a otro ambiente.
* Para evitar que los ruidos de
afuera invadan el cuarto, las puertas pueden incorporar elementos
absorbentes, como espumas de celulosa o lanas de vidrio.
* Un entrepiso o mezzanine. Si los
dormitorios más amplios les tocan a los hermanos que van a la casa
esporádicamente, la posibilidad es armar un entrepiso sobre una parte de la
habitación. Con lo que resta será suficiente para que uno de los hijos, ubique
su cama en la parte de arriba.
De esta forma, todo el espacio de abajo se puede usar como escritorio o lugar de
juegos sin perder ni un centímetro de espacio. Y además, la cama de arriba se
convertirá en un lugar propio para dormir.
Cómo resolver conflictos de hermanos por las instalaciones