Cómo sobrevivir a un piso compartido
Es
bastante habitual tener que compartir vivienda cuando se es muy joven y se está
estudiando lejos del hogar de los padres. “Es una modalidad muy extendida
para aquellos estudiantes extranjeros o que viven lejos y necesitan reducir
gastos y tiempos.
El único inconveniente es que resulta muy complejo convivir
con gente de otras culturas o que nunca se han visto en la vida y hay que poner
en prácticas determinados mecanismos para poder hacer que la convivencia
prospere”, aconseja el psicólogo argentino Ramiro Bordacahar.
Algunas recomendaciones importantes sobre los pisos compartidos
· Establecer una primera reunión con las demás habitantes del hogar para conocerse y acordar límites y tareas
· Es aconsejable dejar todo por escrito y firmado. Cada una tiene que hacerse responsable de lo que se compromete a respetar y cumplir.
· Más allá de los diferentes horarios que se tengan, éste no debe ser un impedimento para que cada una lleve a cabo las tareas domésticas sin que todo el trabajo recaiga en los demás.
· Uno de los aspectos más complejos es el tema de la higiene. Hay que asegurarse de que cada integrante se encargue de limpiar las zonas comunes como el baño o la cocina.
· Los amigos son otro de los mayores problemas a los que deben someterse quienes comparten vivienda. Las quejas por ruidos molestos e incluso que amigos de uno de los habitantes se quede por varios días en la vivienda son un tema recurrente. Hay que establecer límites muy precisos al respecto.
· Para evitar problemas de dinero, hacer un fondo común es una buena alternativa para los gastos comunes de limpieza o algunos alimentos en común.
· Hay que evitar los problemas de dinero a toda costa. Si alguna de las habitantes puede encargarse de recoger el pago de las facturas sería lo más conveniente para que no pasen imprevistos y corten algún servicio por haber olvidado ir a pagarlo.
· Organizar una reunión semanal o quincenal para poder hablar de los temas comunes a la vivienda y las conductas de cada una. Siempre es mejor poder dialogar antes que llegar a discusiones innecesarias que desgastan la convivencia.
· Aunque la relación entre todas sea la apropiada, si no se comparte la habitación lo mejor es cerrarla con llave cuando no se está. De este modo se evitarán problemas mucho más teniendo en cuenta que las mujeres suelen pelear por cuestiones de ropa o referidas a la intimidad.
· Si ya hay mujeres conviviendo y se tiene que sumar una persona más, lo más aconsejable es realizar una entrevista en donde todas estén presentes para poder conocerla en el mismo momento.
· Saber sobre la familia de cada una y el círculo de amistad es importante para hacerse un mapa mental de cómo es la mujer con la que se convivirá y saber si será compatible con el resto.
Si se
tienen en cuenta estos consejos, la convivencia será favorable. “Las
relaciones humanas son siempre complejas, mucho más entre extraños y que encima
deben vivir juntas: compartir habitación y un ambiente tan íntimo como lo es el
hogar de cada uno.
Establecer normas y organizarse son dos factores importantes
que deben mantenerse para poder lograr un equilibrio”, comenta el
profesional.
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