Estilo: suena como una palabra elegante… ¿pero
qué significa en realidad?
Es un término que tiene una gran
cantidad de significados, todos relacionados directamente con lo qué usted
desearía alcanzar.
Una connotación que se le puede asignar,
es aquello que usted intenta demostrar, tener
estilo, verse a la moda, ser
sofisticado/a, o entonar.
Otro significado tiene que ver con los
diseños de las distintas de ropa. Hay, por ejemplo, muchos "estilos"
de camperas y pantalones: clásicos, alternativos, modernos, sport, urbanos,
anchos, etc.
Finalmente, la palabra puede referir a un
estilo específico de vestir: occidental, profesional, de negocios, de moda,
femenino, ocasional, formal, deportivo, conservador, excéntrico, etc.
Usted puede vestirse con un
estilo diferente cada día, si así lo desea: no tener ningún estilo "fijo" es
también un estilo. Cada cuerpo y personalidad se ajusta a diferentes estilos,
pero éste no tiene por qué ser sólo uno.
Es muy común que las personas tengan una gran
cantidad de estilos, dependiendo en gran medida de cómo se sientan, de dónde
vayan, con quién vayan y lo que desean conseguir en ese lugar.
En pocas palabras:
qué imagen queremos
dar, a quién se la deseamos mostrar, y en qué lugar u ocasión deseamos hacerlo.
Sin dudas no es lo mismo tener una reunión con su banquero, que ir a un
concierto de opera o dirigirse al shopping.
Dejar el pasado detrás
Muchas personas se resisten a modificar
su estilo. Pero las mismas prendas, el mismo color de pelo, un maquillaje sin
cambios, o los caprichos por mantener siempre el mismo estilo del pasado, pueden
hacerle ver anticuado/a, fuera de moda y sin tacto.
Además, si usted ya es “grande, un look juvenil solo le hará resaltar sus años. Trate de empezar de
cero, y a partir de allí elegir su o sus estilos.
¿Se puede entrar al nuevo milenio y
continuar manteniendo el estilo del pasado? Definitivamente no. Pero esto no
quiere decir que todas las prendas, tinturas, o maquillajes de los 80s y los
90 deban ser descartados.
Solo se trata de recombinarlos, y de que cada vez que
quiera o pueda agregar algo a su vestuario, tenga especial cuidado en elegirlo
apropiadamente.
Gran parte de la ropa formal de hace veinte o diez años, como
las faldas, los pantalones, las camperas, los sacos, las blusas, o los suéteres,
no tienen “fecha de vencimiento”, y permanecen siempre “clásicas”, por
lo que con sólo adaptar algunos accesorios, como las corbatas, los pañuelos, o
la bijouterie, se pueden utilizar sin ningún problema, y quedarán muy finos.
Tanto si los cambios son pequeños o
grandes, es natural que exista una cierta resistencia, ya que, después de todo,
la "vieja formula" le venía bien y le resultaba cómoda. Pero puede
estar seguro/a de que los demás no lo veían con esos mismos ojos, y que, aunque
no se daba cuenta, en las citas pudo lucir algo extraño…
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