Psicología del fútbol: el fútbol al diván

Psicología del fútbol y los jugadores de fútbol...

Luego de la frustrante derrota de  nuestra selección nacional de fútbol, frente a su similar de Uruguay por las eliminatorias Sudáfrica 2010-,”todos los connacionales que pudieron observar por la TV  este evento, sintieron, aparte de vergüenza, otra enorme “decepción y frustración” sumiendo al común de los peruanos, en desánimo y pesimismo ante tal performance.

Todo ello nos lleva a pensar que este deporte llamado de multitudes-que se encuentra enfermo- debe ser llevado al diván, para que, con la terapia adecuada, (Un psicoanálisis profundo) impulsar nuevamente la autoestima y mentalización que requiere para su recuperación.

Esta terapia debe ser aplicada también, a dirigentes, jugadores, equipo técnico,  algunos comentaristas de la prensa hablada, televisiva y escrita, puesto que, al ser líderes de opinión deben recibirla conteniendo una gran dosis de reflexión, humildad, rectificación ante errores, actitud ganadora, autoestima permanente para no mostrar rostros de perdedores antes de iniciarse un encuentro, pero, sobre todo, dignidad por la responsabilidad de representar a un país.

Cuando señalamos que el fútbol nacional requiere de un psicoanálisis profundo, lo hacemos para que este deporte de multitudes, -que ha calado hondo en los millones de seguidores-, retome la senda del éxito no solo por el prestigio reconocido, sino para evitar otros capítulos de vergüenza como lo acontecido en el Estadio IV Centenario de Montevideo, con la escandalosa goleada infringida por la selección celeste. 

Por otro lado, como “negocio”, el actual  fútbol que practica  esta selección, no  está aportando en nada al desarrollo del país, porque no existe estrategia por parte del técnico ni trabajo en equipo, sino individualidades cargadas de vanidad que el éxito les ha deparado a los jugadores provenientes del extranjero –y que a sus auspiciadores-les ha permitido hacer el gran negocio de sus vidas.

En el supuesto análisis “objetivo” que suelen hacer ciertos periodistas desde su óptica profesional, tratan,-casi siempre- de justificar la debacle de los futbolistas acostumbrados a trasnochar antes de un encuentro, bebiendo y entregados a la “dolce vita”, sin tomar conciencia de que son representantes de un país civilizado mostrando carencias de cohesión de equipo que hoy disputa un cupo para llegar a Sudáfrica 2010, y que las aspiraciones ya parecen desvanecerse.

Desde el campo psicológico-nos permitimos manifestar que, lamentablemente, no existe un planteamiento correcto respecto a la convocatoria de jugadores que estén emocionalmente preparados para actuar  a la altura de dicha responsabilidad-por cuanto, se ha convocado-según los dirigentes y Técnico- a los mejores exponentes del fútbol que “brillan en el exterior” con algunos que militan en el ámbito local pero que tampoco han estado a la altura de las circunstancias al no calar –mucho menos- en la mente de sus seguidores. 

Se requiere hacer un trabajo desde las divisiones inferiores de los diversos clubes con directores técnicos capaces y con la experiencia de haberla adquirido como jugadores, pero, eso si, ostentando un diploma o titulo de Coach que avale  su preparación.

La improvisación  ha sido un factor decisivo que se puede observar con los magros resultados obtenidos por la selección de todos los peruanos que, con sus impuestos también tienen el derecho de opinar y criticar ante la crisis que se vive en este deporte. 

Haciendo un poco de historia-aunque algunos quieran pasarla por alto-el equipo que formó Didí, -constituido  por jugadores locales-, contó con un grupo de asesores entre ellos, el  Dr. Daniel Guillén, Psicólogo, y el Dr. Roberto Llanos Zuloaga, destacado Neuro Psiquiatra, del que nos honramos ser su discípulo,y  que fueron un gran soporte a la exitosa campaña de México 70. 

Finalmente, tomando uno de los conceptos del Dr. Wayne  W. Dyer -Consejero de gran prestigio  y de carácter internacional- en su último libro sobre la inspiración, nos señala que “La unicidad con nuestra fuente se logra siendo igual que ella y su esencia es generosa, da y comparte, por ello debemos convertirnos en seres mucho más centrados en dar que recibir” algo de lo que carecen algunos de nuestros jugadores seleccionados que no se entregan como debe ser ante contiendas que comprometen a la bicolor nacional.

El egoísmo no puede ser el norte de una selección, sino el trabajo en equipo para que puedan darnos la satisfacción de poder vibrar de alegría como nos la dieron los jotitas de Oré y los mundialistas de México 70. 

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