Independientemente de que tu hijo sea despistado o tenga un diagnóstico de
TDAH,
existen recursos sencillos que puedes utilizar en la comodidad de tu hogar y que
pueden indicarte en qué medida necesita prestar más atención y mejorar su
concentración.
En el presente artículo te doy explicaré algunos ejercicios
sencillos que puedas saber si él o ella necesita mejorar estas habilidades.
Lo
primero es saber qué parte de la atención debe mejorar
El
proceso de prestar atención es el resultado de un conjunto de subprocesos que
tienen que combinarse de la forma apropiada. Por ello, debes conocer cómo es la
calidad atencional de tu hijo, observando su ejecución en pruebas que midan:
– La atención selectiva, es decir, su capacidad
para fijarse en los detalles.
– La atención global, es decir, su capacidad
para hacerse una composición del conjunto de los lugares que visita o del tema
que le explica su profesor.
– La atención sostenida, es decir, cuánto
tiempo es capaz de mantener su atención.
– La atención dividida, es decir, si es capaz
de realizar varias tareas a la vez o no.
Muchos
padres acuden a psicólogos y psicopedagogos para que les pasen un test a sus
hijos con el objetivo de saber en qué medida están alteradas estas
características de la atención.
Sin embrago, desde mi experiencia, el mejor
tests es la evaluación continua de cualquier habilidad con pruebas no
estandarizadas. Porque, ¿de qué sirve pasar un test de sudoku a alguien que no
ha realizado un sudoku en su vida?
Cómo
medir la atención en casa
Es muy
fácil medir las diferentes cualidades de la atención en casa si sabes cómo. A
continuación te daré algunos ejercicios para medir cada una de ellas.
1. Ejercicios para medir la atención selectiva:
para saber si tu hijo o hija posee
una adecuada atención selectiva puedes pedirle que te traiga algo del
frigorífico o que busque una lista de productos en un mismo pasillo del
supermercado.
Si tarda más de un tiempo razonable, es decir, más del doble del
que tardaría su hermano o cualquier niño de su edad, significa que este tipo de
atención necesita ser entrenada.
2. Ejercicios para medir la atención global:
si quieres asegurarte de que la atención global de tu hijo es buena, pregúntale
cómo es su clase, esto es, cómo está decorada su clase, dónde están colocados
los materiales de plástica, de qué color es la mesa del profesor, etc.
Una
persona con problemas de atención global no recordará con claridad casi ninguno
de estos detalles y además se mostrará sorprendida por no poder hacerlo.
3. Ejercicios para medir la atención sostenida:
pídele a tu hijo que realice una
actividad, como colocar la compra, por más de 15 minutos y sabrás si tiene
problemas en este tipo de atención porque no concluirá la tarea.
También puedes
contarle alguna anécdota, si te interrumpe con frecuencia mientras que tratas de
contarle la historia, también es un signo de un déficit en este tipo de
atención.
4. Ejercicios para medir la atención dividida:
habla a tu hijo o hija mientras esté realizando una actividad que tiene
absolutamente automatizada, como colocar el cajón de su ropa o sacar los libros
de la mochila del colegio; si tiene que parar para contestarte o se pone
nervioso y te dice que no lo distraigas, es un claro signo de que debería
trabajar este tipo de atención.
La clave
para poder tener la seguridad de que tu hijo o hija debe mejorar su atención no
está en que tengas un título en psicopedagogía o neurología, sino en que lo
pongas a prueba en varias ocasiones y en contextos diferentes y siempre
constates que responde con carencias a la tarea que le has planteado.
Es
conveniente que lleves un registro de todas las veces que le has puesto a prueba
para contrastar tus impresiones, y si llegas a la conclusión de que debe mejorar
su atención, no dudes en ayudarle a desarrollar esta habilidad cognitiva.
Por Jenny
Guerra Hernández
www.PsicopedagogiaenCasa.com
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