Esto está determinado por nuestro organismo y no
es en todos igual (aunque el sexo tiene un papel determinante, tampoco es
absoluto).
Y todos tenemos ciertas partes del cuerpo que nos gustan menos que otras, y
desearíamos perder grasa en ciertas partes más que en otras.
Lamentablemente,
esto es imposible. No podemos decidir de qué lugar quemaremos grasas, de la
misma forma en que no podemos decidir en qué parte la almacenaremos. El cuerpo
no nos consulta sobre estas particularidades.
Lo que quiere decir esto es que por más que nos matemos haciendo ejercicios para
un área determinada, la grasa que el cuerpo quemará para usar como combustible
no será la de ese área, sino que usará aquella que la genética le diga que debe
ser usada en primera instancia.
Por más que hagamos cientos de abdominales (y si bien trabajaremos los músculos
de la zona y estos estarán en mucho mejor estado) no por eso quemaremos toda la
grasa que se acumula en nuestra panza.
Ni los ejercicios de piernas reducirán
solamente el tejido adiposo de nuestros muslos.
El cuerpo quema la grasa de la forma en que le resulta más conveniente, esto es,
tomándola de los depósitos que es más propenso a utilizar y a los cuales les
puede sacar mayores réditos.
Por lo tanto, el ejercicio ultra localizado no es
una solución, sino que es más bien un problema.
La rutina de ejercicios debería tener en cuenta a todas las zonas del cuerpo,
para que podamos poner todo en forma, no sólo una parte y que cuando hayamos
quemado toda la grasa todo el cuerpo esté tonificado y con un porcentaje de masa
muscular alto.
La grasa se quema capa por capa, de la misma forma en que se pela
una cebolla.
Tengamos esto en cuanta a la hora de planificar nuestra rutina de ejercicios.
Isabel de los Ríos, nutricionista certificada,
es autora de "Comer para perder",
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