La mejor inversión para las épocas de crisis
La renta vitalicia variable es un contrato que firmas con la empresa
aseguradora, en el que el asegurador acuerda en realizarte pagos periódicos. El
valor de tu inversión —y de los pagos— variará dependiendo del rendimiento de
las opciones de inversión que elijas.
Las opciones de inversión para una renta vitalicia variable suelen comprender
fondos de inversión que invierten en acciones, bonos, instrumentos del mercado
de dinero, o alguna combinación de las tres.
Sin embargo, los aranceles pueden ser un tanto elevados. Las rentas se venden
con una comisión del 6 por ciento, y el valor de rescate es verdaderamente alto.
Calculando tu rentabilidad después de los gastos, y sumando a esto algunos otros
riesgos, podrías descubrir que el producto no aparece del todo apetitoso.
Si la
entidad emisora es, por ejemplo, el Citigroup, ¿es posible afirmar qué será de
esta empresa en un año? ¿Y en ocho años? Los comerciantes de rentas vitalicias
variables juegan sus cartas sobre las emociones de las personas. La gente quiere
la mayor renta con la menor cantidad de riesgos. Es algo lógico.
¿Cómo haces para encontrar la seguridad? Bueno, en primer lugar vamos a darte
una mala noticia: no existen las inversiones seguras. A lo sumo, podrás eliminar
riesgos mediante un portfolio equilibrado. En este momento los bonos del tesoro
protegidos contra la inflación son una buena opción.
Los TIPS, por su parte, son rentas gubernamentales cuyas tasas de interés están
relacionadas directamente con la inflación. Cuando la inflación sube, también lo
hacen los pagos del interés. Con el déficit presupuestario por las nubes, es
posible que la inflación vaya a subir. El precio de los TIPS puede ser un tanto
volátil, pero están pagando casi lo mismo que los bonos del tesoro en este
momento, por lo que su costo es comparativamente más bajo.
Otra opción son los bonos corporativos de alta calidad crediticia.
El diferencial en rentabilidad que ofrecen los bonos corporativos por encima de
los bonos gubernamentales está a un nivel similar al de la gran depresión, y los
mercados de los bonos corporativos están, por tanto, valorando unos niveles de
morosidad sin precedentes.
Mientras tanto, aunque se piensa que las empresas
pasarán por tiempos difíciles a medida que se noten los efectos de la recesión,
no se cree que los niveles de morosidad se acerquen ni por asomo a los niveles
que está descontando el mercado.
Ahora mismo, una tercera parte de todo el
mercado de bonos corporativos necesitaría quebrar durante los próximos cinco
años para obtener rentabilidades inferiores a las de los bonos gubernamentales.
También es importante que fondos
como éstos sean capaces de buscar formas de lograr mejores resultados en
cualquier sector sea cual sea el entorno económico, ofreciéndole a los
inversores un producto que se acomode a sus necesidades de renta fija.
En busca de la seguridad
Los bonos de alta calidad crediticia o “investment grade” suelen ser empresas
grandes y estables, y, a decir verdad, es muy poco probable que una de cada tres
de estas empresas "investment grade" quiebre en los próximos cinco años. Al
prestar a grandes empresas de bajo riesgo, los inversores pueden recibir
rendimientos de más del 6 por ciento anual, con la posibilidad de llegar a
rentabilidades de dos dígitos si asumen un poco más de riesgo.
Para posicionar una cartera aprovechando al máximo las oportunidades disponibles
en el actual mercado de bonos y obtener rentabilidades por encima de todos los
sectores del mercado de renta fija, al mismo tiempo que se evaden los riesgos,
se requieren gestores que tengan mayor flexibilidad y más herramientas a su
disposición.
Ha nacido un nuevo tipo de fondo que cada vez tiene más presencia. Se trata de
un fondo capaz de invertir en todo tipo de productos dentro del mercado de renta
fija (los bonos gubernamentales, bonos corporativos investment grade y los bonos
high yield de cualquier duración) cuando se presente el mejor valor —y por tanto
el mayor potencial para obtener ganancias—.