Las
deudas no son
algo que aparecen de la nada mientras realizamos las actividades cotidianas de
nuestras rutinas. Existen algunos hábitos de consumo que nos hacen incurrir en
deudas. Reconocer estos hábitos podrían ahorrarte un montón de dinero en un
principio, y unos cuántos dolores de cabeza después.
Gastar más
de lo que puedes
Esto no
parece algo lógicamente posible. Si sólo ganas $1000 al mes, ¿cómo es posible
que termines gastando $1200? Sin embargo, es más fácil de lo que crees. Tan
fácil, de hecho, que podrías estar haciéndolo en este momento.
Gastar
ahorros, pedir prestado, usar créditos son formas primarias de gastar más dinero
del que ganas. Si bien puedes sobrevivir con estos hábitos durante algún tiempo,
finalmente los gastos terminarán asfixiándote. Y en un abrir y cerrar de ojos,
tus ahorros habrán desaparecido, tus tarjetas de crédito habrán llegado a su
límite, y tú ya no tendrás a quién pedir dinero prestado.
Gastar
dinero que no tienes
Generalmente, gastar más dinero del que ganas suele ser una forma de gastar el
dinero que no tienes. Gastas dinero que no tienes usando tarjetas de crédito y
tomando préstamos. Cuando usas estos instrumentos para pagar facturas y hacer
compras, estás creando deuda. Si no puedes tu deuda cada mes, ésta continuará
creciendo.
Usar
crédito para compras ordinarias
Deberías
usar dinero en efectivo para hacer tus compras cotidianas, como son alimentos,
gasolina, ropa, y entretenimiento. El atractivo de las
tarjetas de crédito
está en esa mágica cualidad de pagar después por artículos que compras ahora.
La
advertencia es menos factible que pagues la factura de tu tarjeta una vez que ya
has consumido el producto, sobre todo cuando se trata de compras ordinarias.
Recurrir al crédito en lugar del efectivo es un hábito pernicioso, especialmente
cuando no pagas el total de las facturas a cada mes.
Usar
crédito cuando tienes dinero
Una de las
formas más rápidas de incurrir en deudas es elegir usar crédito cuando tienes el
efectivo para hacer la compra. Esto suele generar en el comprador una idea de
estar llevándose algo por nada.
De hecho,
hay una intensión subconsciente de recibir mercaderías o servicios pero no
pagarlos. La conveniencia de dejar tu dinero cómodamente guardado en la
billetera tiene un costo. Efectivamente, es posible que si no lo quieres pagar
hoy, tampoco lo quieras pagar mañana.
Usar deuda
para cancelar deuda
Cuando usas
tarjetas de crédito para pagar otras tarjetas y préstamos para pagar otros
préstamos, en definitiva, no estás pagando nada. Simplemente estás arrastrando
tu
deuda y
incurriendo en más deuda al mismo tiempo.
Las
transferencias de saldos tienen aranceles en sus transacciones y la mayoría de
los préstamos tienen alguna clase de pago a cuenta o arancel de origen. En
consecuencia, cuando usas deuda para cancelar deuda, simplemente terminas peor
de lo que empiezas.
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