Es posible que la idea de tener algo de dinero extra en tu cuenta de ahorros no
te siente mal. No importa cuáles sean las razones, mejorar tu posición
financiera es un objetivo admirable para cualquiera.
Y si bien puedes lograr
ahorros con el tiempo, este artículo se enfoca en uno de los pasos más
dramáticos que puedes tomar para ahorrar dinero: “el mes sin compras”.
El concepto del mes sin compras es sencillo: no vas a comprar nada que no
necesites, y tus gastos se van a resumir únicamente a tus necesidades. Esto
quiere decir gastar cero en salidas y que vas a poner un parche sobre el rasgón
en tu pantalón de trabajo (pues no vas a hacer gastos en ropa nueva).
Puedes
hacer compras en el almacén, pero esto es comprar sólo los alimentos que tu
cuerpo necesita, y no un kilo de helado de dulce de leche granizado y vainilla
cada vez que pasas por la sección de los congelados. Está permitido ponerle
gasolina al auto y esos es todo.
Puede que esto te suene algo extremo, y lo es. Un mes sin compras es una
decisión financiera personal y radical, pero si has estado con problemas
monetarios, lo mejor que puedes hacer es cerrar todos los gastos al mismo
tiempo.
Aprenderás mucho sobre tu relación con el dinero cuando estés
constantemente sintiendo la urgencia de gastar y debiendo resistirla. Aprender a
liberarte de las urgencias es algo altamente valioso, así que no te sorprendas
si al terminar tu mes sin compras tienes una perspectiva completamente distinta
de las cosas.
El punto están en ganar algo de autocontrol y mantener una relación más
saludable con el dinero. Tal vez, esto sea incluso más valioso que todo el
dinero que vayas a ahorrarte. Si quieres llenar tu cuenta bancaria y aprender
algo de disciplina financiera, bienvenidos a nuestro curso acelerado.
Continúa leyendo y conoce nuestros consejos para recortar la mayoría de los
gastos comunes. Y contén las lágrimas, campeón: sólo son treinta días!!!
Víveres
Si normalmente gastas grandes cantidades de dinero en salir a comer cada noche,
entonces éste será uno de tus mayores ahorros (y también uno de los más grandes
desafíos). Hacer un stock de alimentos congelados no es una opción, pues están
llenos de sodio y no son nutritivos.
Puedes, sin embargo, disponer de algunos
para los días en que trabajas hasta tarde y llegas a casa totalmente exhausto.
En cualquier caso, sólo tú y tu cocina van a ocuparse de las comidas (y sin Starbucks para prepararte el café, deberás levantarte con algunos minutos de
anticipación para hacer el desayuno).
Un poco de tocino y unos huevos en las
mañanas tiene más sabor y nutrientes que ese sándwich que comprabas en la
estación de servicio antes de ir al trabajo. Si eres de los que duermen hasta el
último minuto posible, ten en cuenta que un desayuno decente puede prepararse en
un minuto, y puedes llevarlo en el auto y tomarlo mientras conduces al trabajo.
¿Y por qué no probar algunas nuevas recetas para la cena? Si nunca te has
cocinado tu propia comida, saca de los cajones tus utensilio de cocina; es
tiempo de aprender.
¿Te mueres por probar ese platillo que hacen en tu
restaurante favorito? Bueno, hazlo tú mismo. Y si crees que no podrás hacerlo,
siéntate delante de la computadora y comprueba que la receta de tu platillo está
disponible en cientos de fotos sobre cocina. Una simple búsqueda en Google y
tendrás a mano todo lo que necesitas para satisfacer tu paladar.