Entretenimiento
En tu tiempo de soledad, asegúrate de dispensar algunos minutos a la reflexión
sobre el mes sin compras. Si sientes es de ayuda, puedes tomar notas sobre tus
experiencias para reflexionar más tarde.
Por otra parte, la lectura debe estar el la cima de tu lista de actividades de
entretenimiento, dado que es buena para el cerebro, te convierte en una mejor
persona, y sobre todo porque podrás dar uso al fin a todos esos libros que
compraste y nunca habías leído.
Si eres un tipo raro que no tiene libros sin
leer en la casa, puedes encaminarte hacia la librería para una buena sesión de
lectura gratuita, o puedes tomar algunos CDs y DVDs y entretenerte un rato
escuchando música y viendo tele.
Facturas
Piensa en el rol que cumplen las facturas en tu vida. ¿Tienes algún amigo que
tenga una membresía en el gimnasio y no la use nunca? Es una pérdida de dinero,
y recortar ese gasto le permitiría ahorrar unas monedas todos los meses.
En
consecuencia, revisa todas tus suscripciones, facturas y gastos fijos, y
suspende cualquier cosa que pueda ser puesta en pausa o “apagada” durante el
mes. Incluso cuando no vayas a librarte de la factura suspendiéndola por un mes,
al menos te librarás de todo el ruido financiero de tu vida, y la simplicidad de
este mes te ayudará a caer en cuenta de qué cosas valen la pena sostener y qué
cosas representan plata tirada a la basura.
Si algo te resulta más costoso que
útil, despídelo de tu vida. Si disfrutas de tu Netflix, quédatelo, pero si no lo
usas demasiado y sientes que no recuperas el dinero invertido, déjalo de lado.
Las facturas y las membresías son un caso especial dentro del mes sin compra: no
puedes cancelar tu suscripción a una revista por un mes y algunas membresías no
pueden suspenderse. En cualquier caso, utiliza el mes para revisar el valor de
tus suscripciones y membresías y decide si vale la pena seguir gastando en
ellas.
Ejercicio
Este apartado podría haber formado parte de la sección de entretenimiento
también. En cualquier caso, el ejercicio es una excelente actividad para hacer
durante tu tiempo libre en el mes sin compras.
Tu membresía del gimnasio ha sido
cancelada por lo que deberás usar el equipamiento que tengas en casa y salir al
aire libre para ejercitar. Júntate con amigos para unir fuerzas y hacer alguna
actividad juntos (un partido de fútbol en el parque local es una excelente
idea).
Si tu intensión es sacar músculos, no tener el gimnasio pago durante un mes no
es excusa (pregunta a cualquier entrenador personal serio y te dirá que los
ejercicios de peso corporal son más que suficientes para ganar masa muscular).
Si tu ubicación geográfica lo permite, ir en bicicleta a la tienda o al trabajo
te hará ahorrar dinero en gasolina y te permitirá mantener tu estado aeróbico
durante el mes sin compras.
Llevarlo al extremo
El mes sin compras es un ejercicio extremo, pero puede hacer una gran diferencia
tanto en la cantidad de dinero que tienes como en la forma en que lo usas.
Cuando el mes haya terminado, pasa algunos días volviendo a la normalidad.
Un
gran primer paso será invertir algo de tiempo en pesar sobre tu relación con el
dinero y en qué porcentaje del gozo en tu vida está atado al dinero. ¿Qué gastos
extrañaste más?
¿Te sorprendiste al ño extrañar algo que pensabas indispensable?
Si la respuesta a esta última pregunta es afirmativa, en una de esas puedas
dejar de gastar dinero en algo que no necesitas del todo.
Es también importante asegurarse de que todo el dinero ahorrado vaya a una causa
útil. No lo acumules en tu cuenta corriente para ir gastándolo de a poco.
Ahórralo, inviértelo, o cancela algunas deudas.
Finalmente, puede que caigas en la tentación de gastar (más que gastar
posiblemente tomes parte en una orgía de consumismo en el shopping local) una
vez terminado el mes sin compras.
Al desaparecer la presión impuesta por el
estilo de vida austero, muchas personas ceden a los impulsos consumistas y
pierden todo lo ahorrado en unos pocos instantes. No decidas recompensarte por
el esfuerzo hecho.
No hay nada que festejar. Simplemente vuelve a tus antiguos
hábitos de consumo, al menos que éstos hayan sido desastrosos. Permítete nada
más que una palmada en la espalda por haber alcanzado el objetivo, luego gasta
dentro de tus posibilidades presupuestarias, y siéntete orgulloso del ahorro
(pequeño o grande) que has hecho en tiempo récord.