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Dado que es
bastante difícil obtener una
nueva tarjeta de crédito sin una historia
crediticia, muchas personas se revolucionan cuando reciben el ofrecimiento de
una tarjeta de crédito preaprobada en sus casillas de e-mail.
De hecho, son muchos los que ni siquiera lo piensan dos veces y envían el
formulario de solicitud preaprobado debidamente completado. Desdichadamente,
estas personas no tienen idea de que la oferta es un ardid usado por las
compañías de tarjetas de crédito para conseguir que la gente solicite su tarjeta
en condiciones menos favorables.
Confusión lingüística
Las compañías de tarjetas de crédito emplean tácticas engañosas para confundir a
la gente y hacerle creer que han sido “aceptados”. Ahora bien, pensémoslo por un
minuto. Si realmente reúnes los requisitos para tener una tarjeta de crédito, no
recibirías un formulario “preaprobado”; en cambio, deberías recibir una carta de
aprobación automática o, incluso mejor, la mismísima tarjeta de crédito —sí, el
plástico— en el buzón de la puerta de tu casa.
En lo referente a las solicitudes de tarjetas de crédito, hay dos posibles
resultados: la aprobación o el rechazo. En consecuencia, “preaprobado” es
sinónimo de “no aprobado”. ¿Alcanzas a ver la confusión lingüística?
Básicamente, todos estamos preaprobados para cualquier cosa, ya que este término
nos posiciona en un estado previo a la aprobación. En consecuencia, técnicamente
hablando, tú estas preaprobado para tener una tarjeta de crédito desde el día
que naciste.
El rol de los bancos
Las compañías de tarjetas de crédito disponen de mucho dinero para prestar, pero
no por esto se lo darán al primero que toque la puerta. En primer lugar, cada
banco recibe un formulario de parte de un bureau crediticio —empresa que
suministra información sobre la solvencia de posibles clientes— de todos
aquellos que cumplen los requisitos especificados por el banco. Luego, éste
envía los ofrecimientos preaprobados con términos tentadores.
Cuando tú envías esta solicitud, el banco efectúa otro
análisis crediticio. Si
tu situación financiera ha cambiado en forma negativa, es posible que te
ofrezcan una tarjeta de crédito con un límite más bajo y una tasa de interés
superior.
¿Y qué hay de aquel letrero llamativo que decía “preaprobado”? Bien, esos eran
los términos establecidos antes que seas aprobado. No obstante, después de
recibir tu valoración de crédito, las compañías de tarjetas de crédito ajustarán
los términos para adaptarse mejor a tus necesidades —o, mejor dicho, a sus
necesidades—. En cualquier caso, puedes apostar que los términos modificados
serán menos favorables que los ofrecidos originalmente.
Líbrate de esto
Si recibes una solicitud “preaprobada” en tu casilla de correo, la sugerencia es
que la rompas en mil pedazos. Si has hecho una solicitud y no consigues la
valoración que querías, corta la tarjeta en pedacitos y devuélvela con una carta
de explicación. Posiblemente, el banco te ofrezca un mejor trato.
Si quieres una tarjeta de crédito, no tendrás que esperar a que el banco te haga
una invitación. Seguramente, si te mueves un poco, conseguirás condiciones mucho
más favorables que las ofrecidas en el e-mail.
Las mejores tasas de la ciudad
El problema de salir a “comprar” una tarjeta de crédito es que sólo conocerás la
tasa de interés exacta en el momento que abras la cuenta; algo parecido a
comprar un auto sin conocer el precio. Por otra parte, antes de tomar una
decisión final, haz una investigación para asegurarte que el plan sea el que más
se ajusta a tu estilo de vida.
Una vez que seas miembro, te convertirás en uno de los millones de personas que
colaboran a que los bancos sean más ricos. Aquí van algunos datos que la mayoría
de las entidades bancarias olvidan comunicar a sus clientes, pero que a ti
pueden hacerte ahorrar gran cantidad de dinero.
Lo que no te van a decir...
Los aranceles son negociables
Algunas tarjetas de crédito cargan una tasa financiera de más del 18% y un
arancel anual superior a $75. Pero, si eres un buen cliente, el banco podría
olvidar el arancel anual y reducir la tasa de interés. Contacta al representante
de tu banco y pide que se te reduzcan los aranceles argumentando que eres un
cliente excelente.
Períodos de gracia acortados
La mayoría de las tarjetas de crédito ofrecen un período de gracia de 25 días
para pagar por las nuevas compras si incurrir en cargos de intereses.
Recientemente, algunos bancos han acortado el período de gracia a 20 días para
los clientes que pagan las facturas en su totalidad. Si esto ocurre en tu caso,
pide al banco que vuelva a darte el período de gracia de 25 días.
Backdating de intereses (manipulación de los intereses y vencimientos)
Si no efectúas el pago de tu factura en la fecha especificada, el banco
manipulará con posterioridad los cargos de intereses. Esto significa que se te
cargarán los intereses desde el día que el cargo está asentado en tu cuenta, y
no a partir del momento en que se efectivizó el pago.
Algunos bancos, incluso, cargan intereses desde la fecha de compra. Si puedes,
paga el saldo en su totalidad; si no, haz un esfuerzo por maximizar el pago en
la fecha debida.
Balances ajustados
Debes estar al tanto de cuánto dura tu tasa reducida introductoria. Cuando este
período expire, el saldo existente será sujeto a tasas de interés mucho más
elevadas. Si no puedes afrontarlas, paga la suma pendiente por completo o, al
menos, reduce el saldo antes que la tasa se incremente.
Características con condiciones
Las empresas de tarjetas de crédito ofrecen diversas características, incluyendo
grandes límites crediticios que pueden alcanzar sumas siderales. Siempre lee la
letra chica dado que nada bueno en la vida viene porque sí. Este tipo de ofertas
generosas, generalmente, no suele tener períodos de gracia. Esto quiere decir
que serás cargado con altas tasas de interés desde el día que compres un
artículo —incluso cuando pagues el total de la factura en tiempo y forma—. Si
recibes una oferta de este tipo, deséchala de inmediato.
Anticipos provechosos
Los bancos se relamen cuando sus clientes preguntan por anticipos en efectivo
porque este servicio es altamente provechoso para ellos. Intereses del orden del
20% son cargados desde el día del anticipo.
Asimismo, debes saber que los bancos también cargan aranceles de transacción que
pueden ser llegar a ser del 2,5% de la suma prestada. Evita los altos intereses
alejándote de estos “anticipos provechosos”.
Mínimos mensuales generosos
Tu valoración crediticia no sufrirá mientras pagues tus mínimos mensuales, pero
aún así serás cargado con intereses sobre el saldo remanente.
Podrías pensar que el banco está siendo generoso al permitirte pagar un mínimo
mensual, pero, en realidad, te dispones a perder mucho más al pagar una suma
nominal. Mientras más te tome pagar tu saldo, mayor será el dinero que haga el
banco a partir de cargos de intereses.
La otra cosa que no te dirán es que pagando un mínimo mensual, esencialmente,
estás transfiriendo al período siguiente tu saldo y, en consecuencia, utilizando
el período de gracia sobre nuevas compras. Tú puedes evitar esto ya sea pagando
la factura en su totalidad o buscando tarjetas de crédito que no incluyan nuevas
compras a la hora de calcular intereses.
Atención al cliente
Puedes llamar al servicio de atención al cliente de tu tarjeta y preguntar
detalles sobre trucos y consejos para ahorrar dinero. Los bancos, generalmente,
no promocionan este servicio, pero, lo creas o no, las personas del servicio de
atención al cliente harán lo posible por darte el plan más apropiado a tus
necesidades.
Aranceles extras
A veces, los bancos cargan aranceles extras por sobrepasar el límite de tu
crédito. Estos aranceles suelen ser verdaderamente altos, no obstante, puedes
evitarlos manteniendo un ojo puesto siempre sobre el resumen de tus compras y
cargos mensuales.
La mayoría de las personas sobrepasan el límite de sus tarjetas cuando rentan
autos o se hospedan en hoteles. Generalmente, esto ocurre cuando los alquileres
del auto o el hotel requieren depósitos sobre las tarjetas de crédito y sólo
liberan la suma después de 48 horas. Intenta minimizar tus gastos durante estos
períodos de modo que puedas evitar superar tus límites y pagar aranceles
punitorios.
Lee los folletos
Algunas tarjetas te permiten recortar tu tasa de interés a la mitad pagando un
arancel mensual. Si debes soportar importantes intereses sobre largos saldos
mensuales, podría valer la pena abonar un arancel mensual y recortar tus pagos
de intereses a la mitad.
Estos son sólo algunas de las tantas formas de ahorrar dinero en la factura de
tu tarjeta de crédito. Lo recomendable es siempre comprar los planes de las
distintas empresas y leer siempre la letra chica. Al hacerlo, lograrás ahorrar
dinero en el pago de intereses o evitarás esos ridículos aranceles punitorios.
La idea es que tu dinero siempre sea usado para pagar el saldo de la tarjeta y
no los intereses. Tenlo en cuenta.
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