Muchos
consejeros económicos que han ayudado a la gente, especialmente a mujeres,
acerca del dinero han notado que existen ciertas creencias comunes que son
erróneas y que suelen causar miedo y desalentar a las mujeres de tomar mayores
responsabilidades en el
aspecto financiero.
Estas creencias profundamente
arraigadas, a menudo no se dan en la realidad. Sin embargo, podemos no ser
conscientes de estas creencias, que afectan a nuestra forma de pensar, sentir y
actuar, no sólo en torno al dinero, sino también en nuestras relaciones con los
demás.
Afortunadamente, podemos aprender a identificar nuestras creencias
inútiles relacionadas con el dinero, trabajar para cambiarlas y poder hacerse
cargo responsablemente de nuestra vida financiera.
Estos son algunos conceptos erróneos comunes acerca del dinero:
Si no pienso en eso, no voy a tener que lidiar con ello
Este es el error número uno que se encuentra. Las mujeres
tienden a evitar pensar en los problemas y a vivir como si todo fuera de la
forma en que imaginan o desean que sea.
Por ejemplo, compran un par de zapatos
caros sin importar el precio, pensando que pueden preocuparse por el dinero más
tarde. O suelen no tener un presupuesto armado ni alguna idea sobre cómo van a
mantenerse económicamente en el largo plazo.
Esto las mantiene en una especie de
fantasía en la que no tienen que preocuparse por resolver ningún problema
financiero.
He conocido a una artista de gran talento que nunca revisaba sus facturas, como
si tuviera miedo a mirarlas. Las facturas llegaban por correo y se acumulaban
allí sin ser abiertas.
Mientras que ella no sabía la verdadera cantidad
adeudada, sentía que podía seguir viviendo como si la deuda no existiera. Como
era de esperar, esto creó serios problemas en su vida, como por ejemplo un mal
historial de pagos.
Con el tiempo se dio cuenta de la dimensión del problema y
buscó ayuda. Una vez que ella descubrió sus creencias erróneas y enfrentó sus
miedos, contrató a un contador para que la ayudara a enderezar sus finanzas y a
pagar sus facturas. Con el tiempo, fue capaz de asumir las responsabilidades de
llevar su propia contabilidad.
No tengo suficiente, así que ¿por qué preocuparse?
Muchas mujeres creen que tienen que ser ricas para poder
invertir en un plan de jubilación. Muchas mujeres no captan el concepto de
creación de riqueza. Una de mis clientas, suponía que su cuenta de jubilación no valía mucho, porque
ella había contribuido poco durante su corta carrera como maestra.
Cuando
finalmente decidió leer una de las declaraciones, se sorprendió al descubrir que
había acumulado una modesta suma en su cuenta, que podría haber sido mayor si le
hubiese prestado más atención a este asunto.
Así, tomo conciencia de los
problemas que le había causado su pesimismo, y el hecho de hacer caso omiso de
su plan de jubilación durante tantos años. Con una pequeña cantidad de dinero
ahorrado, comprendió las consecuencias positivas que podían generarse con sólo
pensar en el futuro y en el plan de jubilación.
El dinero no es "espiritual"
Otro error muy común, sobre todo entre las mujeres que trabajan
ayudando a otros, es creer que querer ganar dinero es algo deshonroso, que no
está en armonía con su trabajo espiritual y sus creencias.
Sienten que prestarle
demasiada atención al dinero podría en cierta forma, manchar la pureza de su
deseo de ayudar a la gente. A menudo, las mujeres empleadas en estas profesiones
suelen tener dificultades para valuar sus servicios y tienden a cobrar de menos
o a no cobrar nada por su trabajo.
Con estas mujeres, el problema a solucionar
es la baja autoestima. Deben darse cuenta de que el trabajo solidario que hacen
es muy valioso, y que tener mayores ingresos puede ayudarles a seguir
contribuyendo con el mundo.
Deben aprender que recibir una recompensa adecuada
por su trabajo es muy espiritual.
Si mezclo mi dinero con el de mi marido, voy a perder mi
autonomía
Últimamente, ha
surgido un tema interesante, que se ha generalizado entre las mujeres que están
pensando en contraer matrimonio o en renegociar los términos financieros de su
pareja.
Muchas de ellas no quieren mezclar su dinero ni negociar con sus parejas
acerca de cómo van a gastar su dinero. Quieren tener más autonomía en los
asuntos de dinero.
La autonomía es algo
bueno. Pero evitar las charlas sobre dinero con su pareja puede afectar su
libertad financiera. Una amiga no quería consultar a su esposo,
porque él es el que toma todas las decisiones relacionadas con las finanzas.
Así
que guardó su dinero en una cuenta de ahorros, donde gana poco o ningún interés,
porque invertir es algo demasiado complicado sin los conocimientos suficientes.
Le ayudé a que note que su miedo a perder su autonomía le impedía pedir ayuda.
Finalmente, habló con su marido sobre el deseo de mantener la herencia separada
del resto del dinero. Y ahora ella se está haciendo cargo y poco a poco está
aprendiendo a administrar responsablemente su dinero.
No necesito saber cómo manejar mi dinero. Mi marido lo hace
Esta es una creencia errónea, muy común entre las mujeres de
setenta años de edad o más, como pasó con mi madre. El control de las finanzas,
para las mujeres de esa generación, era tradicionalmente una tarea reservada al
sexo masculino.
En la época de nuestros padres, la mayoría de las mujeres no tenían
ninguna idea acerca de sus bienes matrimoniales, cómo se invertían sus ahorros,
o incluso si es que tenían algún ahorro.
Ellas nunca aprendieron nada acerca de
las finanzas o de cómo armar un presupuesto. En muchos casos, ni siquiera saben
cómo hacer para pagar las cuentas. Sus maridos siempre se hicieron cargo de
todo.
Si sus maridos fallecen o si se divorcian, serían blanco fácil para
personas deshonestas que dicen querer "ayudar" con sus finanzas.
Soy demasiado vieja para aprender
Un derivado de la idea anterior es el concepto de que ya es demasiado tarde
para adquirir conocimientos financieros. Tomar
control de las finanzas propias no es algo sencillo. Usted no puede simplemente
chasquear los dedos y de repente tener control de su patrimonio.
Pero usted
puede tomar ciertas medidas, e ir dando los pasos necesarios como para manejar
su vida financiera.
¿Por qué las mujeres, que son tan competentes en todas las
otras áreas de sus vidas, no puede tener las mismas capacidades cuando se trata
de asuntos de dinero? ¿Por qué no muestran con su dinero el mismo cuidado
que en cualquier otra relación en sus vidas?.
Las mujeres deben deshacerse de dos actitudes que suelen tener profundamente arraigadas: la carga
de la vergüenza y la tendencia a culpar a otros.
La vergüenza y el deseo de
culpar a otros en lugar de tomar plena responsabilidad de las propias acciones
son patrones comunes de comportamiento que son perjudiciales, tanto en asuntos
de dinero como en la vida en general.
Es importante recordar que cada uno es responsable de su vida
financiera. Nadie más, ni su pareja, ni su contador ni su asesor financiero.
Para tener una relación sana con el dinero se requiere mucha conciencia.
Uno de
los primeros pasos necesarios para ser más consciente en sus asuntos financieros
consiste en examinar sus creencias y preguntarse, "¿esta creencia, me ayuda a
ser más inteligente y sentirme más seguro con mis finanzas?"
A medida que más
mujeres respondan a esta pregunta con un rotundo "¡Sí!" podrán mejorar y
volverse más responsables con sus finanzas.
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