Cómo sobrevivir con un único ingreso familiar

En estos tiempos que corren, cada integrante de la familia debe trabajar para poder cubrir las obligaciones económicas. ¿Qué ocurre cuando es solamente uno de los miembros de la familia que tiene un trabajo? ¿Cómo llegar a fin de mes sin que las necesidades apremien?

En tiempos lejanos, el
hombre era quien salía a trabajar mientras que la mujer atendía el hogar y se
encargaba de la crianza de los hijos.

Este modelo, aunque puede subsistir en algunos casos, ha caído en desuso ya sea
por las expectativas profesionales de la mujer o por la

necesidad económica
de la familia.

En el mejor de los casos, tanto la mujer como el hombre dispondrán de un trabajo
y de un sueldo.

Si hay hijos mayores de edad viviendo en el hogar, podrían también generar un
ingreso a la vez que estudian, pero no siempre lo que uno desea es lo que en
realidad se puede conseguir.

Si se tiene una familia con hijos y solamente se dispone de una sola entrada de
dinero, hay que hacer rendir el sueldo de la mejor manera posible:

1.- Es importante tener un
presupuesto en donde consten todos los gastos sin importar lo pequeño que sean.

En él, debe apuntarse cuál es el salario, las primas, los gastos del hogar como
alquiler o hipoteca, electricidad, gas, agua, transporte, seguro médico, viajes,
ropa, alimento, limpieza, educación, entretenimientos, pago de préstamos y demás
ingresos y egresos de dinero que se tengan.

2.- La familia debe
reunirse y cada integrante debe acceder a

reducir sus gastos.

En la mayoría de las ocasiones hay fugas de dinero que podrían evitarse y aunque
a nadie le gusta prescindir de algunos beneficios, para que no haya problemas
mayores en el futuro cercano, hay que ahorrar todo lo que se pueda.

Al menos hasta que se consiga otro ingreso, habrá que pensar en eliminar
salidas, comidas afuera, entretenimientos y demás actividades o servicios de los
que se pueda prescindir.

Es fundamental establecer un cuadro de prioridades en donde cada uno pueda
opinar acerca de aquello que les resulta imprescindible mantener y aquello de lo
que cada uno se puede desprender.

3.- No desperdiciar. Hasta
que no llega la etapa donde hay que sacrificarse un poco, no se tiene conciencia
de algunos comportamientos que deberían implementarse como por ejemplo:

Conservar la comida que sobra para otra oportunidad, no dejar luces encendidas
que no se utilizan, compartir el dormitorio con un hermano cuando hace frío para
ahorrar en calefacción o utilizar el transporte público si resulta más económico
que gastar en gasolina.

Cada gesto austero contribuye a

mejorar las finanzas
y hace que la convivencia sea más generosa y solidaria.

4.- A la hora de comprar
lo necesario, hay que comparar precios. No siempre lo mejor es lo más caro.
Tomarse el tiempo para investigar y hacer así elecciones de calidad, pero que a
la vez sean accesibles económicamente.

5.- La proactividad
también es fundamental ya que el tener un solo ingreso debe ser para la familia
un momento temporal y lo suficientemente motivador para que los otros
integrantes busquen una actividad redituable.