Finalmente, has llegado a ese codiciado lugar conocido como “saldo positivo”, en el que los ingresos superan a los gastos. Te ha tomado mucho tiempo y una alta dosis de disciplina, pero estás bien encaminado en tu trayecto hacia la libertad financiera.
Dado que tus arcas ven entrar más dinero del que sale, ahora tienes la oportunidad de hacer algo positivo con tu dinero, como pagar deudas o construir un futuro exitoso.
Pero, para hacer esto, necesitarás seguir un cronograma o financiero. Éstas son las áreas en las que debes concentrarte, presentadas en orden de importancia.
Cancela las deudas de alto interés
Mientras más tiempo tengas una deuda, más dinero necesitarás para pagarla. En consecuencia, el primer paso en un cronograma financiero exitoso es pagar el dinero que debes.
Pero no todas las deudas están constituidas de la misma manera, así que será necesario analizar y elegir. Lo primero que debe desaparecer son las deudas de tarjeta de crédito, que implican altos intereses.
Si vienes manteniendo un saldo desde hace tiempo, podrías estar pagando el 20% o más.
Dado que posiblemente nunca encuentres una inversión que te reditúe en una cantidad superior a ésa, no tiene sentido ahorrar dinero hasta que hayas pagado completamente esta deuda.
Cancela las deudas adicionales
Las deudas adicionales que deben ser canceladas, aunque en un cronograma diferente, incluyen préstamos de estudio e hipotecas. Estos préstamos tienen dos cosas en común.
En primer lugar, el interés sobre ellos es deducible de impuestos, de modo que pueden pagarse para obtener esa deducción en abril. Segundo, el interés, especialmente en los préstamos estudiantiles, suele ser más bajo que en las tarjetas de crédito.
Esto significa que debes tomar una decisión. Si eres capaz de producir en forma segura más intereses —mediante una inversión, desde luego—, que la cantidad de intereses con la que eres cargado por el préstamo estudiantil, podría ser inteligente invertir en lugar de cancelar esta deuda.
De esta manera, el interés que generas cancelará el interés sobre el préstamo y, eventualmente, disolverá el capital. Y una vez que hayas pagado el préstamo en su totalidad, aún tendrás el interés del capital de la inversión para trabajar.
Establece un plan de ahorros
No hay una regla que diga cuánto debes ahorrar. Si eres como la mayoría de los mortales, no tienes un plan de ahorros —y esto no es algo bueno—
Si éste es tu caso, trata de separar el 10% de tu ingreso. Si ya lo haces, procura guardar algunos billetes más. Pero recuerda, el número no es tan importante como las circunstancias.
Si eres soltero y no tienes demasiadas responsabilidades, posiblemente quieras ahorrar lo suficiente para tres meses de desempleo en caso que lo peor ocurriera.
Por otra parte, si eres un hombre —o mujer— de familia, será necesario que ahorres algo más, ya que los chicos y tu esposa podrían ser sinónimos de gastos inesperados.
Plan de jubilación
Esto es algo decididamente importante, a lo que muchos no prestan atención en forma temprana. El hecho es que nunca eres demasiado joven para comenzar a pensar en tu jubilación.
El dinero que guardas para el futuro no irá a parar a manos de la agencia encargada de la recaudación impositiva.
Arma una cartera de inversiones
Aquí es donde querrás poner el resto de tu dinero. Lo más seguro, es que sea tu mayor sector de crecimiento, dado que los ahorros y los fondos de jubilación por si mismos no conseguirán reducirlo.
Piénsalo de esta manera: tu dinero de jubilación debería darte lo suficiente para sobrevivir cuando dejes de trabajar, mientras que tu dinero de inversión será el extra que te permitirá disfrutar de todo ese tiempo.
Y, mientras más grande sea la torta, más rápido podrás dejar de trabajar y comenzar a disfrutar de la vida.
Para sacar el mayor provecho de tu cartera, necesitarás poner tu dinero en acciones y bonos.
Si aún eres joven y puedes afrontarlo, tu cartera de inversión debería ser una mezcla agresiva de apuestas riesgosas y seguras, ya que, si las cosas van mal, tendrás más probabilidades de recuperar tus pérdidas.
Si ya tienes unos cuantos años y has empezado a invertir un poco tarde, concéntrate en el crecimiento con el menor riesgo posible.
Planifica para el futuro
Como puedes ver, a excepción del pago de tus deudas, tu cronograma financiero representará un compromiso constante.
Mientras más espacio tengas para operar en tu presupuesto mensual —esto es, el dinero que puedes canalizar en ahorros en inversiones— mayor dinero tendrás después.
Si lo planificas con inteligencia, una turbulencia en el camino no será más que eso; una turbulencia. Pero si fallas a la hora de separar plata para el futuro, tus planes podrían desviarse.
Cuanto más dinero ahorres hoy, más rápido podrás proclamar tu libertad financiera y comenzar a disfrutar de todo lo que has trabajado.
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