Los bancos ofrecen cada vez más servicios a los usuarios. Los niños no quedan
afuera de las prestaciones que brindan. Las
cuentas de ahorro para pequeños son
una alternativa muy atractiva para los padres que quieren comenzar a ahorrar
algo de
dinero para sus hijos.
Pensar en el futuro significa poder mantenerlos seguros y el dinero es una
herramienta para lograr estabilidad. La mayoría de este tipo de cuentas no tiene
comisión alguna, no exigen saldos mínimos ni tienen otros gastos.
En general, en el momento de la apertura se le otorga un regalo al pequeño. Cada
año se hacen nuevas promociones para mantener interesado al cliente y muchas de
las entidades ofrecen también la contratación de seguros de vida que protegen al
menor en caso de defunción de alguno de los padres. Las cuentas de ahorro para
niños pueden abrirse a partir del momento de nacimiento del niño hasta los 15
años.
Las ventajas más destacadas tienen que ver con el llevar a cabo un sistema de
ahorro y el concientizar al pequeño en lo que respecta al dinero.
De a poco se van formando en la educación financiera y sobre todo, en su control
y manejo. En cuanto al rendimiento en intereses, lo habitual es que oscile entre
el 1,5 por ciento.
Su mal uso puede predisponer a que los pequeños no entiendan el adecuado
significado de la intención de este tipo de cuenta y presuman de tener dinero
incluso delante de otros niños, lo cual sería un gesto inapropiado tanto para el
propio niño como para el resto de su entorno ya que daría una falsa imagen de lo
que realmente se quiere lograr como objetivo.
Lo importante es, si el hijo ya es lo suficientemente grande como para
comprender lo que significa el dinero, hacerle notar el por qué se le ha abierto
una cuenta. Mientras sea muy pequeño, no hay necesidad de advertirle sobre esta
situación.
Los requisitos para poder comenzar con la apertura de una cuenta infantil son
básicos: el documento nacional de identidad, (DNI), del menor y la de uno de los
padres que será el titula junto a él de la cuenta.
Algunas entidades también solicitan un comprobante de domicilio que suele
caducar a los tres meses de requerido y en los casos más extremos, referencias
de familiares o amigos que no residan en el mismo domicilio del titular.
Ahorrar pensando en los más pequeños es una manera de entender para qué sirve el
dinero y la función del ahorro a largo plazo. Los padres que deciden abrir una
cuenta a nombre de un hijo menor de edad, lo hacen para poder ir diagramando un
historial económico que a lo largo del tiempo irá acrecentando su valor.
Si la idea es tener un ahorro temporal, abrir una cuenta infantil no es la mejor
opción ya que muchas entidades bancarias cobran un gasto por cancelación
anticipada.
Esto no implica que se pueda extraer dinero, pero no es conveniente hacerlo en
su totalidad. El objetivo principal de estas cuentas es que mantengan un nivel
que vaya en aumento para que al cumplir la mayoría de edad, el niño pueda
retirar el dinero y disponer de él, o colocarlo en otra cuenta ya de adultos.
Es conveniente, en el momento de contratar la cuenta, informarse debidamente
sobre las retenciones fiscales que se efectúan sobre los rendimientos ya que
pueden alcanzar hasta el 15 por ciento.
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