Dinero y ahorro: la importancia de las decisiones diarias

Todos los días, incluso con las decisiones más cotidianas, se está definiendo tu futuro económico y financiero...

Constantemente somos bombardeados con mensajes publicitarios que nos dicen cómo podemos ser hermosos, felices y exitosos. Claro que, para conseguirlo, seguramente necesitaremos gastar una importante cantidad de dinero. Todo sea por el éxito… 

Para proyectar la imagen de éxito, debemos tener un automóvil opulento —no importa que debas pagarlo por diez años más—.

Para ser hermosos, debemos marcar un número 0800 y ordenar una revolucionaria crema anti-age que nos saque de la cara diez años en una semana. Así es. Y para ser cool, debemos tener los últimos colores en nuestras prendas. ¿Correcto? 

Podemos resistir a estos imperativos. Pero si les hacemos caso, podríamos descubrir que el florecimiento de la felicidad asociada a una compra se marchita en unos pocos días o semanas.

A veces, puede tomarnos una vida aprender que el dinero no alcanza a comprar cosas capaces de producir satisfacción permanente —o al menos duradera—.

Cada día enfrentamos distintas opciones que podrían costarnos o ahorrarnos gran cantidad de dinero, incluso en una pequeña escala si se las proyecta en el tiempo.

Examinemos el caso de comprar productos y servicios más baratos o más caros, y veremos cuánto podemos ganar sobre la diferencia si invertimos en una cuenta jubilatoria de impuesto diferido. 

Servicios personales

Las opciones: estar bien arreglado es esencial. Por lo general, necesitamos cortarnos el pelo cada cuatro o seis semanas. ¿Necesitamos servicio de manicura? Esto puede ser discutible. 

Los hombres pueden acudir a barberías o salones unisex y gastar, pongamos por caso, $12 en un corte de cabello. Sin embargo, las mujeres seguramente gastarán más.

Pero lo que gastas en un corte de pelo puede variar dramáticamente de un establecimiento a otro. Hay cadenas de peluquerías que cobran $13 por el corte, más un extra de $5 por el secado y el alisado.  

No obstante, muchos establecimientos cobran $40 o más por los mismos servicios, y es difícil distinguir la diferencia en calidad de unos y otros.  

El beneficio: digamos que te cortas el cabello 10 veces al año por $24 incluyendo propina contra $48 que pagarías en el salón. Te ahorras $240 al año. Invierte esa cantidad en una cuenta de impuesto diferido ganando el 8% anual y en 30 días tendrás $27,188. 

Si utilizas un alicate y una lima para uñas en lugar de hacerte la manicura cada dos semanas (y gastar $17 en cada ocasión), podrías ahorrarte más de $50.000 en 30 años. 

Electrodomésticos

Aquí, no tenemos que lavar la ropa a mano o refregarla contra las rocas. Por el contrario, tenemos gran cantidad de opciones.  

Ahora recuerda: el objetivo es que tu ropa esté limpia. Pero, tal vez, lo que tú quieres es proteger tu estatus comprando electrodomésticos de moda, llenos de colores y diseños ultra modernos.

Convengamos que no es difícil saber cómo tus invitados habrían de impresionarse del lavarropas que tienes en el sótano. 

El beneficio: si decides gastar, pongamos, $650 por el conjunto de lavadora y secadora en lugar de gastar $2.517 por uno más caro, estarías ahorrando $1.867.

Invierte de una sola vez esa cantidad en una cuenta jubilatoria de impuestos diferidos a una tasa del 8%, y en 15 años (aproximadamente el tiempo que necesitarás reemplazar tu lavadora y tu secadora) este importe habrá crecido a la suma de $6.000. 

Cenar afuera

Las opciones: la comida suele ser el punto débil de muchas personas, y con frecuencia nos metemos en problemas monetarios por culpa de nuestro paladar.

Sin dudas, hay algo encantador en esto de disfrutar de riquísimos platillos sin tener que cocinar ni limpiar posteriormente. Fácilmente podemos justificar tal gasto con el argumento de que trabajamos duro y nos merecemos una recompensa.

Y es así que nuestros instintos voraces nos llevan hacia restaurantes de calidad, donde los camareros atentos, los variados menús, la música suave, y los manjares exóticos nos aguardan. 

No existe una manera científica de calcular cuánto ahorraríamos al comer siempre en casa, pero intentaremos arriesgar unos números aproximados.

Digamos que una cena para dos cuesta unos $85, incluyendo impuestos y propina. Las entradas de mariscos —lubina de mar chilena con salsa de mango y atún ahi empanizado con ajonjolí con lo mein y ensalada de algas—, unos $18 cada una; el aperitivo de calamares fritos, $9; más tres vasos de vino Cabernet Sauvignon a $8 cada uno. Haz esto cada sábado por la noche y gastarás unos $4.420 por año. 

Desde luego, necesitarás comer los sábados por la noche, lo hagas o no en un restaurante.

En consecuencia, imaginemos que preparas en casa unos deliciosos fettuccinis con vieiras frescas en aceite de oliva y grandes cantidades de ajo y queso parmesano. El costo de esta comida: aproximadamente $18.

Además, al cocinar en casa sabes exactamente qué tipo y qué cantidad de grasas hay en tus alimentos. Agrega una botella de vino por $12, y habrás gastado unos $30. 

El beneficio: si evitaras ir a comer afuera los sábados y en cambio cenaras en casa, tus ahorros al año ascenderían al $2.860. Pero no seamos tan rígidos.

Suponte que vas una vez al mes en lugar de ir una vez a la semana, de modo que los gastos de las cenas en restaurantes mensuales mas la cena en casa de los sábados ascienden a $2.220 al año. (12 x $85 = $1.020 + $1.200 por 40 cenas en casa).

Resta eso de los $4.420 que gastarías si cenaras afuera todos los sábados, y ahorrarás $2.200 al año. Invierte esa cantidad por 30 años en una cuenta de impuestos diferidos al 8% anual, y tendrás ahorrado cerca de $250.000 para gastar en lo que quieras. 

Este tipo de decisiones pueden parecer no muy importantes sobre una base diaria, pero con el tiempo pueden hacer una gran diferencia. Lo que hoy parece insignificante, en algunos años podría hacer una gran diferencia en tu vida.

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