Un comportamiento austero parece ser la clave para vivir
libre de deudas y de
tensiones constantes. “Llenarse de cosas materiales se vuelve tarde o
temprano es contraproducente.
Las ansias de querer más y más quedan expuestas y es muy difícil pararse,
mirar retrospectivamente y modificar una actitud que está en marcha. Hay que ser
consciente y fundamentalmente establecer prioridades para evitar males mayores
irreparables”, comenta la socióloga española Cristina Cardó.
Vivir por encima de las
posibilidades económicas reales conlleva muchos
inconvenientes. “El individuo se endeuda cada vez más. Con el banco, con sus
familiares y con sus amigos.
La imagen que da una persona que vive más allá de lo que su economía le
permite es la de ser un completo snob, superficial e inmaduro que no comprende
que hay que hacer un cambio radical, comenzar a achicar gastos, modificar el
estilo de vida para empezar a administrar mejor”, comenta la licenciada en
economía, la española Ruth Vergara Gama.
Una persona que gasta más de lo que gana comienza a cometer fallos importantes
de conducta y reacción. “Hay personas que se exponen a situaciones
humillantes por no saber tomar decisiones.
He tenido casos de individuos que priorizan el estado de su coche último
modelo, pero no tienen dinero para llenar su nevera o que se van de vacaciones
al extranjero durante un mes y luego son incapaces de pagar el alquiler o la
cuota de la hipoteca.
Este comportamiento enfermizo responde a querer mantener un status social que
ya no se tiene, pero la víctima se niega a enfrentar por vergüenza y porque en
el fondo cree que puede recuperar su rol social y sigue gastando y priorizando
erróneamente”, revela la socióloga.
Cómo dejar de gastar en lo superfluo
1.- Solicitar ayuda para poder establecer prioridades. “Es preciso sentarse
con este tipo de personas ya que pierden la perspectiva de lo que realmente es
trascendente y qué es un lujo para ellos que no se pueden permitir, mucho más si
hay hijos de por medio, se necesita que alguien externo pueda colaborar en la
administración del dinero.
Es fundamental saber con qué presupuesto se cuenta ya que los gastos fijos
son alquiler o hipoteca, comida, salud y estudio de los menores. Si la familia
está compuesta por padre y madre y ambos tienen un vehículo personal, habrá que
empezar a hacer recortes hasta que se pueda retornar a la vida que antes sí se
podía tener”, aconseja la economista.
2.- Otro de los ajustes necesarios es en el tema salidas, vacaciones y paseos.
“Muchas familias, al menos aquí en España están acostumbradas a gastar
bastante dinero al mes en salir a comer fuera o en irse de vacaciones más allá
de los sofocos financieros de los que puedan ser protagonistas.
La idea no es que permanezcan encerrados en la casa y mucho menos si están
habitando un sitio pequeño y sin espacio, pero hay que tener en claro cuándo el
dinero disponible se convierte en derroche.
Hay otras opciones como disfrutar de un día de picnic llevando la comida ya
hecha o valerse de otros recursos. Lo más importante es que la persona cambie su
manera de pensar para afrontar el ajuste de la mejor manera posible.
Hay que dejar el orgullo de lado y adaptarse a las circunstancias. No es
denigrante ni humillante. Simplemente es lo que toca en este momento presente y
la mejor manera de sobrellevarlo es adaptándose y no dejar que las deudas
arrasen con toda la familia”, continúa diciendo Vergara Gama.
Los excesos deben poder controlarse. Lleva tiempo y no es fácil adecuarse a una
nueva manera de vivir, pero es necesaria la transformación para poder salir lo
mejor posible de una asfixia que se puede convertir en una verdadera pesadilla
si no se disuelve a tiempo.
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