Insista en la contabilidad
Es importante que sus hijos aprendan desde un principio que deben saber cual es
el estado de sus cuentas. Tienen que saber si están ganando o perdiendo dinero
con su negocio.
Para eso les puede enseñar nociones básicas de contabilidad. Una
simple columna de ingresos y de egresos es suficiente cuando son chicos.
Recuerde que usted está creando hábitos, aún no busque la perfección.
Incentívelos a mejorar y a innovar en su negocio
Una vez que su hijo ya tenga un negocio andando, ayúdele a incrementar.
Pregúntele cómo podría mejorar su negocio, incrementar la calidad de sus
productos, aumentar la variedad de los productos que está ofreciendo, alcanzar a
más clientes, etc.
A pesar de que estos términos encierran conceptos que solo parecen pertenecer al
mundo de los adultos, son muy simples y fáciles de comprender si dejamos de lado
la complejidad que nosotros, los adultos, les hemos conferido.
Innovar simplemente significa probar nuevos métodos, como por ejemplo ofrecer
mermeladas de diferentes sabores.
Un mejor marketing simplemente significa
preguntarle a la vecina qué tipo de galletas son sus favoritas.
Mejorar la
calidad del producto simplemente significa agregar más o mejores ingredientes,
mejorar el envase o la envoltura. En fin, son conceptos básicos que cualquier
niño puede entender.
Por ejemplo, nuestros hijos comenzaron su gallinero con razas de gallinas
comerciales. Pronto descubrieron que hay gallinas criollas en Chile que ponen
huevos azules de los cuales se ha comprobado científicamente que tienen un 30%
menos de colesterol.
Se consiguieron huevos azules, los incubaron y hoy en día
sus clientes hacen cola para poder comprarles.
Enséñeles a crear sistemas
Un concepto importante de negocio que debe enseñarles a sus hijos es el de armar
sistemas que funcionen sin ellos.
Para que sus hijos no terminen como empleados
de su propio negocio cambiando horas por dólares, enséñeles a delegar funciones
y a dedicarse más a la visión y a la administración de su negocio. Hábleles
sobre las ventajas de crear ingresos pasivos.
Éste concepto tampoco es demasiado elaborado para el mundo de su hijo. Una vez
que hayan captado la idea de poder ganar dinero sin tener que trabajar, se
sorprenderá con lo creativos que se pondrán para buscar maneras de delegar.
Su
hijo puede involucrar a sus amigos en el negocio. Por ejemplo, nuestra hija
compró productos cosméticos
que resolvió vender entre sus pares. Para eso
"contrató" a una prima y a una amiga y les pagó una comisión.
Educación en valores: Inculque la generosidad
Quizás la lección más importante que sus hijos puedan obtener de un negocio
propio es la de aprender a relacionarse correctamente con el dinero.
Enséñeles a sus hijos desde una edad muy temprana que el dinero es como el
fuego: se puede usar para hacer algo bueno, como cocinar una
comida, o puede
salirse de control y destruir un hogar.
Ayúdeles a mirar a esos billetes que se están acumulando en su alcancía como una
herramienta para hacer el bien.
Está bien que se compren un juguete como
recompensa por sus esfuerzos, pero deben comprender que la acumulación de bienes
solo para la satisfacción propia no les traerá la felicidad.
Solo vivirán una vida de éxito cuando obtengan la visión de que su negocio será
para servir a otros y poder colaborar con su grano de arena para que éste mundo
sea un mejor lugar.
Esa es la lección más importante que sus hijos puedan
aprender al tener un negocio propio.
Anterior: Cómo enseñar a tu hijo a tener un negocio propio
Por Por Bettina Langerfeldt
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